Qué percibe el feto en el útero?

Por Clinica Alemana may. 22, 2003, 20:00

Que escucha al papá mejor que a la mamá, que se asusta cuando su progenitora se altera, que no crece si la madre se mueve mucho... son sólo algunas de las creencias sobre lo que afecta a un bebé en su vida intrauterina. Pero de todo esto ¿qué ha sido probado científicamente?

 

Desde que se sabe que alcanza su capacidad auditiva a los cinco meses, las teorías sobre lo que escucha y cómo lo hace, proliferan sin que el común de la gente sepa qué creer.

 

Mamá, te escucho
Un reciente estudio realizado con 60 fetos en China, que fue publicado en la edición de mayo de la revista Psychological Sciences, demostró que pueden distinguir la voz de su madre de la de otras mujeres. Cuando se puso en el abdomen una cinta grabada con la madre recitando un poema, el latido cardiaco del bebé aumentó y cuando se colocó la de otra mujer al mismo volumen, el latido bajó y permaneció así durante y después de la grabación.

El doctor Alfred Tomatis, otorrinolaringólogo francés, fue uno de los primeros en plantear que el feto oye, además afirmó que la voz de su madre transmitida por los huesos es el sonido más escuchado y que reacciona a ella con movimientos musculares a partir del séptimo mes.

 

Este especialista reprodujo la forma en la que escuchan los fetos dentro del útero. Para eso diseñó un sistema subacuático que distorsiona la voz de la madre en el medio aéreo: 'El feto oye toda una gama de sonidos predominantemente de baja frecuencia, rumores internos, el movimiento durante la digestión y los ritmos cardiacos como una especie de galope. Percibe la respiración rítmica como un flujo y reflujo distante. Y luego la voz de su madre se afirma en este contexto', explica en su autobiografía.

 

Ese diálogo garantizaría al embrión un desarrollo armonioso y generaría una sensación de seguridad. Al reproducir frente a niños la voz de su madre como la escuchaban dentro del útero, obtuvo resultados fascinantes que desembocaron en un nuevo método para tratar trastornos como el autismo, además de discapacidades auditivas y vocales.

 

El origen de estas investigaciones yace en el hecho de que los recién nacidos reconocen la voz materna desde el nacimiento, por lo tanto, debían conocerla previamente.

 

De acuerdo al doctor Rodrigo Riveros, jefe del departamento de Ginecología y Obstetricia de Clínica Alemana, sobre la voz del padre no se sabe mucho, pero es posible que al transmitirse a través de un medio distinto a la de la madre, podría ser que se escuche más claramente y agrega: 'Incluso, no se podría descartar que en las etapas primarias del desarrollo auditivo perciban el ultrasonido, ya que al realizar la ecografía uno nota un cambio en la frecuencia cardiaca, lo que también podría deberse a otros estímulos'.

 

Mamá, tengo susto

La cultura popular advierte a las futuras mamás que no deben pasar malos ratos porque el bebé puede sufrir. Sin embargo, esta creencia no tiene asidero científico.

 

'No está claro que los mediadores de sensaciones como el miedo, la rabia o la pena se traspasen a la guagua. Lo que sí puede suceder, es que capte a través de la placenta los cambios fisiológicos que estas sensaciones provocan. Es decir, el miedo produce una vasoconstricción que altera los flujos que llegan al embrión y eso causa una reacción, por ejemplo, se mueve; lo que no significa que tiene miedo', sostiene el doctor Riveros.

 

Mamá activa

'Mijita, acuéstese que la guagua no va a crecer', decían las abuelitas. Si bien esto puede ser cierto en mujeres que cursan su embarazo con patologías que afectan el intercambio placentario, en aquellas que cursan un embarazo sano se recomienda mantener una actividad física leve a moderada hasta el último día de la gestación.

 

De hecho, un estudio analizó la información de 9.089 mujeres que no hacían ejercicio regularmente durante el embarazo. Éstas fueron 1,75 veces más propensas a dar a luz un bebé de muy bajo peso (Leiferman et al, 2003).