Angustia, dolor de estómago, ansiedad y un gran temor al fracaso es lo que sienten quienes sufren de eyaculación precoz.
Angustia, dolor de estómago, ansiedad y un gran temor al fracaso es lo que sienten quienes sufren de eyaculación precoz, una patología bastante frecuente que puede atentar contra la autoestima de muchos hombres.
Esta disfunción sexual afecta a parte importante de la población masculina y consiste básicamente en una dificultad o imposibilidad para ejercer un razonable control sobre el reflejo eyaculatorio.
De acuerdo con el doctor Conrado Stein, urólogo de Clínica Alemana, no existe una definición exacta del origen del problema, sino que se debe a un conjunto de factores, entre los que hay un componente psicológico, uno social y otro neurobiológico.
Como la sexualidad está dada por la armonía de la pareja, resulta difícil definir la eyaculación precoz como un asunto de tiempo. 'Puede ser que la eyaculación se produzca al minuto, pero si le produce satisfacción a la pareja, no se puede decir que es precoz', asegura el especialista.
Para el urólogo, el 90% de los pacientes ya ha leído sobre el tema, por lo que el perfil del enfermo es el de un hombre informado. 'Lo único que uno tiene que hacer es ordenarle las ideas y aclararle que no existen los tratamientos milagrosos'.
A la consulta llegan principalmente hombres jóvenes de entre 25 y 35 años, a quienes el médico debe enseñar el control de su eyaculación.
Esto se logra mejorando la forma de relacionarse con su sexualidad, es decir, aumentando el tiempo que le dedica al sexo. 'Durante la primera relación puede tener una eyaculación precoz, pero si se logra una segunda erección, frecuentemente es más duradera'.
El manejo de este problema es más difícil cuando el afectado no tiene una pareja estable, porque los tratamientos son a largo plazo y contemplan la ayuda de la mujer. 'Lo que debe quedar claro es que esto afecta a muchos hombres alguna vez en su vida, aunque muchas veces es transitorio', explica el doctor Stein.
El tratamiento es básicamente con medicamentos. Lo primero que se recomienda es la utilización de anestésicos locales (en el glande) con el fin de disminuir la sensibilidad del pene y, de este modo, retardar el proceso eyaculatorio para darle una mayor satisfacción sexual a la pareja.
También se puede tratar al paciente con ciertos antidepresivos que inhiben la eyaculación como un efecto secundario. 'Para que estos tratamientos sean efectivos es fundamental tomar el medicamento por lo menos por un periodo de cuatro semanas', sostiene el urólogo.
Como último recurso, el especialista asegura que con la llegada de los nuevos medicamentos que mejoran y prolongan la erección (sildenafil, vardenafil y taladafil), se ha abierto una nueva posibilidad terapéutica, ya que éstos facilitan, frente a un estímulo sexual adecuado, la prolongación de la actividad sexual.