A la hora de ir a la playa es necesario tener precaución y tomar las medidas necesarias para evitar problemas de salud y poder disfrutar de ella sin complicaciones.
La geografía, el clima, la cercanía con el mar, el agua salada y otras condiciones de la playa, hacen que el sueño de descansar de guata al sol se cumpla por completo o se transforme en una pesadilla.
Presión: relajo y actividad física
Es la brisa marina. No, el agua de mar. No, la temperatura. Existen muchas teorías sobre por qué nos sentimos más relajados cuando vamos a la playa. Como siempre, algo de cierto tienen y, en definitiva, la respuesta no es 100% científica. El doctor René Etchegaray, cardiólogo de Clínica Alemana, explica que a nivel del mar aumenta la disponibilidad de oxígeno para el organismo.
'Una mejor oxigenación influye en un bienestar general, también baja la presión arterial y es el ambiente ideal para realizar ejercicio. Pero la diferencia entre 1.000 mts. sobre el nivel del mar (Santiago) y 0 mts., es tan baja que sólo las personas en situaciones límites debieran notar el cambio. Por el contrario, en la cordillera, la mala oxigenación se percibe más y los individuos con hipertensión y problemas respiratorios y cardiacos, sufren más'.
De acuerdo con el doctor Etchegaray, la actitud de las personas al salir de vacaciones es mucho más importante para alcanzar esa agradable sensación de relajo y sus bondades se sienten a todo nivel: 'Reducir el estrés es muy beneficioso para hipertensos, enfermos cardiacos, ulcerosos, asmáticos y personas con patologías mentales'.
A esto también se le puede sumar el sonido de las olas: 'Todo ruido permanente y monótono que tape los estridentes, puede ser relajante', sostiene el cardiólogo.
Aire y Humedad: asma, alergias y piel
Una eterna disputa existe entre las creencias sobre la humedad y sus ventajas para los individuos con enfermedades respiratorias, especialmente asmáticos. El doctor Raúl Corrales, broncopulmonar de Clínica Alemana, aclara que, en términos generales, el aire seco es mejor que el húmedo para los asmáticos, porque la mayor humedad ambiental puede favorecer la obstrucción bronquial.
La humedad también es una condición favorable para la acumulación de hongos en las casas y los ácaros del polvo, el cual se deposita sin piedad en los lugares encerrados. Por eso las personas alérgicas a los hongos y ácaros del polvo sólo pueden entrar a una casa que ha permanecido sin ventilación por mucho tiempo, después de un aseo profundo.
Por otro lado, la brisa marina, ayuda a dispersar los pólenes, especialmente al lado de la playa misma, lo que es beneficioso para los alérgicos a estas sustancias.
Pero, sin duda, el órgano más favorecido con la humedad es la piel. La deshidratación de la que es víctima habitualmente en el verano, puede verse en parte compensada con un aire rico en agua.
Sol y agua: Piel
No es que el sol sea más fuerte en la playa, lo que sucede es que uno se expone más a él. Por eso, los efectos de la radiación en la piel son tan patentes en la costa. Ésta produce desde alergia al sol hasta lupus, artritis reumatoidea y cáncer de piel. Pero en algunas enfermedades donde el sistema inmune actúa patológicamente (vitiligo, alergias cutáneas, la psoriasis), cierta radiación solar recibida controladamente puede ser beneficiosa.
El agua salada, por su parte, también es muy buena para la psoriasis. Un estudio publicado en septiembre de 2003 en el Journal of the American Academy of Dermatology demostró finalmente los beneficios de la terapia en el Mar Muerto.
Después de cuatro semanas de tratamiento a 27 pacientes, la enfermedad disminuyó en un 81%. En un 48% de ellos las placas desaparecieron y en un 41% la mejoría fue moderada a importante.
Pero para las personas con dermatitis atópica, la sal es un agente irritante, por eso deben cuidarse de hidratar su piel con cremas después del baño. El agua de mar también es más antiséptica, es decir, se reproducen menos infecciones, sin embargo, hay que tomar en cuenta que cuando el mar está contaminado, esta propiedad se pierde.
La doctora Tatiana Riveros, dermatóloga de Clínica Alemana, concluye que en general, estas condiciones de la playa tienen efectos positivos para la salud, excepto por algunas reacciones alérgicas a filtros solares, anteojos o las máscaras de buceo e irritaciones producidas por los trajes de agua o la fricción.