Muchos bebés entre los tres y cuatro meses de edad que consumen leche en fórmula comienzan a desarrollar una alergia a la leche de vaca la cual también la pueden sufrir bebés que ingieren sólo leche materna ya que la madre si es que consume alimentos lácteos le transmite el alérgeno.
La leche es el principal alimento en la infancia, ya que aporta calcio y unas serie de nutrientes fundamentales para el crecimiento. Sin embargo, hay muchos bebés que deben prescindir de ella porque sufren de alergia a la proteína de la leche de vaca, una enfermedad que tiene diversas manifestaciones y que cada vez es más diagnosticada.
Al igual que en las otras alergias, los especialistas sostienen que este aumento se debe principalmente a factores genéticos y ambientales, pero también a un mejor diagnóstico. La doctora Isabel Miquel, gastroenteróloga infantil de Clínica Alemana, sostiene que hasta hace poco la alergia a la leche solía confundirse con otras patologías, por lo que no era detectada ni tratada oportunamente.
De acuerdo a un artículo publicado en febrero de 2000 en la Revista Médica de Chile, este tipo de alergia es la más común dentro de las alimentarias y en otros países tiene una prevalencia de entre 6 y 8% en niños menores de tres años. Esto se debe, probablemente, a que la proteína de leche de vaca es el primer alergeno alimentario que el lactante recibe en grandes cantidades, ya que es parte fundamental de su dieta.
Esta enfermedad, que no debe confundirse con la intolerancia a la lactosa, se manifiesta generalmente a los tres o cuatro meses de edad como reacción a la ingesta de leche en fórmula. Sin embargo, está comprobado que también puede afectar a quienes se encuentran con lactancia materna exclusiva.
La doctora Miquel ha participado en estudios sobre este tema y explica que 'como lo que produce la alergia es la proteína de la leche de vaca, antes se pensaba que los niños alimentados con lactancia materna exclusiva no sufrían de esta enfermedad. Sin embargo, se ha visto que igual pueden desarrollarla porque como la mamá ingiere productos lácteos traspasa esta proteína a su hijo mientras lo amamanta'.
Cuando la alergia afecta al tubo digestivo alto, las manifestaciones más características son cólicos, irritabilidad y síntomas semejantes a los del reflujo gastroesofágico, los cuales se presentan generalmente unos minutos después de la ingesta. Si la alergia compromete el tubo digestivo bajo, se denomina proctocolitis alérgica y suele presentarse con sangre en las deposiciones. También hay casos de vómitos, diarrea y manifestaciones cutáneas, como picazón y enrojecimiento de la piel.
La importancia de diagnosticarla oportunamente
El progresivo aumento de los casos de alergia a la proteína de la leche y la dificultad para diagnosticarla, es lo que motivó al grupo de gastroenterología infantil de Clínica Alemana a realizar el estudio 'Proctocolitis inducida por proteína de la leche'.
La doctora Isabel Miquel es una de las autoras y explica que 'el principal objetivo fue aportar información que permita hacer un diagnóstico más precoz y, por lo tanto, iniciar un tratamiento oportuno. De esta forma se evitan complicaciones como la desnutrición o que el niño desarrolle alergia a otro tipo de alimentos'.
La investigación, que se realizó entre octubre de 2001 y agosto de 2004, consistió en estudiar a 39 pacientes menores de 18 meses con síntomas de proctocolitis alérgica. Esta variedad de alergia a la leche es mediada por eosinófilos, células que aumentan en las personas afectadas. Por lo tanto, para diagnosticarla fue necesario realizar endoscopías y biopsias del intestino, lo que reveló que del total de pequeños estudiados, el 95% padecía esta enfermedad.
En ocasiones también es necesario realizar exámenes de sangre para ver si se trata de una alergia a la leche mediada por inmunoglobulina, que es la forma de presentación más grave, ya que, incluso, puede llegar a desencadenar un shock anafiláctico, poniendo en riesgo la vida del menor.
La dieta, principal tratamiento
Hasta el momento, el tratamiento para la alergia a la leche consiste en suspender este alimento por un tiempo y luego reintroducirlo en la dieta para ver si el niño lo tolera.
Según la doctora Miquel, 'hay médicos que recomiendan reemplazarlo con leche de soya., pero existen estudios que afirman que el 50% de los menores con alergia a la proteína de la leche de vaca, luego desarrolla alergia a la proteína de la soya. Por eso yo no lo recomiendo'.
Como alternativas, la especialista menciona sustitutos como el Neocate, fórmula en polvo similar a la leche. El problema es que tienen un alto costo, lo que no los hace accesible para todos.
Cuando los niños padecen esta enfermedad y están con lactancia materna, se recomienda que la madre deje de consumir productos lácteos. 'En esto ella debe ser súper estricta, ya que en la actualidad existe una amplia gama de alimentos que contienen leche, como el queso, los helados, ciertos dulces, puré de papas, postres y galletas entre otros. Sin embargo, para complementar esta dieta libre de leche debe consumir calcio adicional', aconseja la pediatra.