La ambliopía es el resultado de múltiples enfermedades a la vista de carácter alto como miopía, astigmatismo o hipermetropía, las cuales si no son tratadas puede llegar a disminuir la vista de un ojo o la visión completa permanente.
Antes de los 10 años, en la etapa crítica del desarrollo de la vista, las células cerebrales encargadas de esta función se forman o activan a través del estímulo visual. Éste, sin embargo, puede ser
deficiente por distintas causas, lo que provoca que la visión de uno o ambos ojos disminuya permanentemente, trastorno conocido como ambliopía.
Generalmente este escaso estímulo de las células nerviosas se
produce porque el sistema nervioso central favorecerá la mejor visión de un ojo, con respecto a la mala calidad de imagen que entrega el otro, dejándolo más flojo. También puede ocurrir que afecte a ambos ojos.
El oftalmólogo de Clínica Alemana, doctor Mauricio López, explica que la ambliopía puede ser el resultado final de múltiples enfermedades, como vicio de refracción, catarata, estrabismo o alguna patología que produzca privación del estímulo visual.
Según el profesional, esta afección se presenta en el 4% de la población en general, y su gravedad dependerá de la patología que la produce, la edad en que se manifieste y la precocidad con que se detecte e inicie el tratamiento. 'Es muy distinto tratar a un niño de tres años que a uno de nueve, ya que mientras más tarde, los resultados visuales son peores. Incluso, en algunos casos tiende a ser irreversible, como en pacientes que consultan pasados los 10 años'.
Esto sucede porque a menor edad, la vía visual del sistema nervioso central tiende a ser más plástica y moldeable, lo que aumenta la posibilidad de recuperación.
Antes del colegio, un buen diagnóstico
Generalmente esta patología no se detecta a simple vista, por lo que los profesionales recomiendan que los hijos de padres que tengan vicio de refracción (como alta miopía, astigmatismo o hipermetropía), antecedentes de estrabismo o catarata congénita, se sometan a un estudio oftalmológico temprano, ya sea para descartar, diagnosticar o tratar la afección, y así evitar la ambliopía.
'Todo niño sano y sin antecedentes familiares oftalmológicos de riesgo debiera ser controlado a los cuatro años, es decir, antes de ingresar al colegio. De esta manera, se podrá descartar la presencia de ambliopía y evitar una mayor alteración en la calidad visual, para no afectar el desempeño escolar, social o las alternativas de desarrollo laboral y de vida en el futuro', señala el doctor López.
El procedimiento consiste en evaluar la visión de cada ojo por separado, descartar la presencia o no de una enfermedad
oftalmológica y ver si existe ambliopía asociado. Posteriormente, se corregirá la enfermedad ambliopizante, tratando el estrabismo o el vicio de refracción u operando la catarata. Además, se inicia el tratamiento de la ambliopía donde se estimula el ojo afectado.
Para esto, a juicio del profesional, el método más usado y quizás el mejor es de oclusión con un parche. 'Se tapa el ojo bueno para que el otro trabaje solo y se ejercite. Si se detectó y trató en forma oportuna al cabo de un tiempo alcanzará el mismo nivel de visión del ojo sano. La duración de su uso dependerá de la patología que lo produzca, si afecta a los dos ojos o a uno solo y, la edad en que se utilice. Mientras antes mejor', concluye el oftalmólogo.