La primera visita al odontólogo puede ser atemorizante para el niño es por esto que se remocienda que vaya acompañado y se prepare al niño comentándole a donde irán.
Puede ser que la consulta de un dentista no sea el lugar favorito para los niños. Sin embargo, esta situación está cambiando gracias a las nuevas técnicas de tratamiento utilizadas por los especialistas para que la primera
visita no sea un episodio traumático.
Según la odontopediatra de Clínica Alemana Andrea Pinto, la higiene bucal no se inicia cuando los primeros dientes brotan, sino que desde el nacimiento, momento en que el niño comienza a utilizar su boca para alimentarse. De esta manera, en un principio hay que limpiar las encías con una gasa húmeda para evitar la colonización de hongos, enfermedad conocida como candidiasis o el desarrollo de otras lesiones de la mucosa bucal.
Se recomienda una primera visita al dentista entre los seis meses y el primer año de vida, cuando comienzan aparecer los dientes de leche, ya que es el momento ideal para educar a los padres sobre aquellas conductas que permitirán un buen desarrollo dental.
La odontóloga explica que entre el segundo y tercer año de vida, las visitas son de real importancia, porque a esa edad se tiene la fórmula dentaria temporal completa, lo que permite prevenir la aparición de caries y de malos hábitos que pueden alterar el desarrollo de la dentición y de los tejidos que forman la boca y la cara. De esta forma se puede educar a la familia e ir acostumbrando al niño a la consulta dental.
La mejor atención profesional, señala la especialista, es aquélla que permite prevenir cualquier daño prematuramente. Así, el tratamiento será más fácil y mejor aceptado por el menor.
Asimismo, estos dientes son los mantenedores naturales del espacio para las piezas definitivas.
Los dientes de leche tienen una estructura y forma que favorecen el avance rápido de la caries hacia el interior de la pieza dentaria. Comienzan como pequeñas zonas de desmineralización, las que pueden ser tratadas farmacológicamente con productos a base de flúor, lo que permite detener su avance y promover su remineralización.
'Si el niño no asiste regularmente al dentista, los padres recién logran percatarse de la presencia de caries en los dientes de su hijo, cuando están en una etapa avanzada de destrucción de la pieza dentaria y a veces debido
al dolor que provocan en el niño', señala la especialista.
Como una forma de prevenir este tipo de problemas, la odontóloga insiste en que a partir del segundo año de vida, las visitas deberían realizarse
cada seis meses y, como mínimo, una vez al año. Así se evita una de las patologías más comunes, como son las caries.
La consulta
Se recomienda que en las primeras visitas, el niño asista acompañado con algunos de sus padres y hermanos mayores.
'Como los odontólogos tienen una imagen más atemorizante que los pediatras, los controles dentales, sobre todo el primero, tienen que realizarse con especial cuidado para no sentar un precedente que pueda asustar a los niños', sostiene la odontóloga.
Este es un trabajo que se realiza en conjunto con la familia, con el objetivo de que el menor se interiorice sobre la importancia de un buen cuidado de su dentadura.
'Nosotros tratamos de hacer cosas entretenidas y muy poco invasivas, para ganarnos la confianza del niño, de tal manera que a los seis años, cuando los dientes definitivos comienzan a erupcionar, el paciente ya nos conozca y acepte la atención dental con agrado', aclara la odontopediatra.
¿Cómo prevenir?
Se aconseja poner atención en el cepillado de los dientes, el cual variará según la edad del niño. 'Idealmente, deberían cepillarse después de cada comida, pero como eso es muy difícil de lograr, se recomienda a los padres dar una dieta saludable a sus hijos, evitando el consumo de alimentos cariogénicos entre las comidas. Además, el cepillado debe realizarse al menos dos veces al día: en la mañana (después del desayuno) y en la noche, antes de que el niño se acueste', explica la especialista.