Alimentos tales como leche, huevo, pescado, mariscos y frutos secos son los principales causantes de alergias alimentarias, tanto en niños como adultos. Este tipo de reacción puede llegar a ser grave, por lo que es importante saber reconocer los síntomas y actuar a tiempo.
Alimentos tales como leche, huevo, pescado, mariscos y frutos secos son los principales causantes de alergias alimentarias, tanto en niños como adultos. Este tipo de reacción puede llegar a ser grave, por lo que es importante saber reconocer los síntomas y actuar a tiempo.
La doctora Ana María Agar, inmunóloga de Clínica Alemana, explica que 'para que una reacción adversa a un alimento o componente alimenticio sea considerada alergia debe involucrar al sistema inmunológico, ya que también existen otras respuestas como la intolerancia a la lactosa en la que falla una enzima, lo que no se considera alergia'.
La alergia alimentaria y la intolerancia a alimentos pueden presentar síntomas parecidos, como dolor abdominal, diarrea, hinchazón abdominal, por lo que es fundamental visitar a un especialista, que en estos casos es un inmunólogo, para que determine la patología del paciente.
La doctora Maria R. Mascarenhas, de la División de Nutrición y Gastroenterología del Children's Hospital de Philadelphia, especifica que las alergias alimentarias más comunes en niños son provocadas por leche, huevo, soja, trigo y maní. 'En tanto, en los adultos las reacciones adversas son producidas por crustáceos y muy comúnmente por mariscos', agrega la especialista que participó como conferencista en el curso de Actualizaciones Pediátricas que se realizó en septiembre en Clínica Alemana.
Generalmente, los síntomas de alergia
alimentaria empiezan a los pocos minutos o unas cuantas horas después de haber ingerido la comida. 'Sin embargo, en personas muy sensibles, tan solo con tocar u oler el alimento se desata una reacción alérgica', sostiene la
doctora Agar.
Los síntomas más comunes son hinchazón, picazón de labios, boca o garganta, náuseas, vómitos, cólicos, urticaria, angiodema -hinchazón de párpados, cara, labios y lengua-, diarrea, congestión nasal, rinitis, dificultad respiratoria y anafilaxia.
Si bien la anafilaxia es un trastorno poco frecuente, es potencialmente letal, ya que se produce una reacción generalizada que puede llevar incluso a la muerte si no acude a un centro asistencial y consulta en forma precoz.
Otro aspecto que se debe tener en cuenta es la reactividad cruzada entre algunos aeroalergenos y la alergia alimentaria. Esto se produce generalmente en ciertas asociaciones tales como sensibilización a polen de pasto y durazno, polen de abedul y manzana, polen de ambrosia y sandía, polen de artemisia y apio, y látex que produce reactividad cruzada con palta, kiwi, plátano, nuez y durazno (síndrome látex - fruta).
'La seriedad de las alergias alimentarias suele ser menor con los polen, pero en el látex puede llegar incluso a shock anafiláctico', sostiene la inmunóloga.
Asimismo, existe el anisakis, que es un parásito que mide entre 0.5 y 1 mm. que infecta con frecuencia el tejido muscular de diversos tipos de pescados, como merluzas, sardinas, salmón y jurel. Los pacientes sensibles a este parásito pueden sufrir reacciones alérgicas como urticaria, angeodema, vómitos, diarrea, fatiga y anafilaxia de forma inmediata tras la ingesta de pescado crudo en forma de ceviche o sushi. En cambio, si el alimento ha sido frito, cocido o asado lo más probable es que no exista reacción adversa.
Una vez que se ha acudido a un centro de salud, el diagnóstico debe realizarlo un inmunólogo, quien efectúa un minucioso interrogatorio médico para identificar el alimento sospechoso, la cantidad que consumió para provocar una reacción y el tiempo transcurrido entre la ingestión del alimento y el desarrollo de los síntomas. Además, se efectúa una exploración física completa, así como exámenes de laboratorio seleccionados para descartar otras patologías subyacentes.
Prevención y tratamiento
Se solicita al paciente que mantenga un diario en que registre el tiempo que ocurre entre la ingestión de los alimentos y el desarrollo de los síntomas.
También los test cutáneos pueden ser útiles para determinar cuáles alimentos desencadenan los síntomas alérgicos. En caso de que estos exámenes no pudieran efectuarse, pueden realizarse pruebas sanguíneas como IgE específica a los distintos alimentos, es decir, un estudio in vitro en el que se detecta el anticuerpo sensibilizado al alergeno que se está estudiando.
Si se sospecha de alergia por un solo alimento, el especialista recomienda eliminarlo de la dieta.
Lo mejor en cuanto a tratamientos y recomendaciones cuando ya se ha identificado el alimento alérgico, es evitarlo.
Asimismo, la persona alérgica debe consultar por los ingredientes de su comida, para no consumir un alergeno oculto en los alimentos fuera de casa o en un restaurant.
También es importante leer las etiquetas de los productos, y familiarizarse con los nombres técnicos y científicos. Por ejemplo, la leche puede aparecer como caseína, que es una proteína de ésta, el trigo como gluten y la clara de huevo como albúmina, entre otros.
Hay que tener en cuenta que el huevo se encuentra en numerosos alimentos sin que figure en su composición, como ciertos productos de panadería y de pastelería. Además, está presente en cantidades ínfimas en las vacunas para el sarampión, rubéola y gripe.
De igual forma, la inmunóloga asegura que 'la lactancia materna exclusiva durante los primeros seiseses de vida, ha demostrado ser un factor de protección para el desarrollo de alergias así como la introducción tardía de alimentos alergénicos en los hijos de padres alérgicos'.
La especialista agrega que se debe estar preparado para las emergencias. 'Las reacciones anafilácticas causadas por las alergias a los alimentos pueden ser potencialmente de vida o muerte. Las personas que han sufrido anafilaxia deben evitar estrictamente el alimento que desencadenó la reacción, además de llevar y saber inyectar Epinefrina y antihistamínicos para tratar reacciones debidas a una ingestión accidental'.
Asimismo, quienes son alérgicos deben llevar consigo una placa o brazalete identificador que describa la alergia.