La nueva vacuna contra cáncer uterino es una prevención para evitar la patología que ataca a mujeres.
Los resultados de un estudio publicado en la revista The Lancet, en abril de este año, revelan que esta vacuna es altamente inmunogénica y segura. Se demuestra que es efectiva en la prevención de las infecciones incidentales y persistentes causadas por VPH 16 y 18, así como de las anomalías citológicas y lesiones celulares asociadas.
El doctor Marcelo González, ginecólogo oncólogo de Clínica Alemana, sostiene que 'en caso de realizarse vacunación universal, se podría disminuir la incidencia de cáncer cérvico uterino a futuro'.
En un curso realizado en agosto en Clínica Alemana de Santiago, la doctora Susan Coffin, médico director de Prevención y Control de Infecciones de la División de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Niños de Philadelphia, Estados Unidos, también se refirió a este tema.
La especialista afirmó que la vacuna bivalente contra el VPH, disponible ya en Estados Unidos, 'ha demostrado una alta efectividad, ya que protege a las mujeres de infecciones que pueden llevar a la aparición de un cáncer. Por lo que significa un gran avance para la medicina'.
¿Quiénes deberían vacunarse?
El Virus de Papiloma Humano se contagia por contacto sexual, por lo que generalmente convive con hombres y mujeres desde que se inician sexualmente, aunque en la mayoría de los casos no presenta problemas, siendo la infección asintomática.
'Los tipos de VPH que se encuentran en la zona genital no son más de 40 y de ellos sólo algunos provocan lesiones premalignas y malignas en las mujeres', explica el doctor González. La vacuna bivalente actúa sobre los subtipos 16 y 18, que son la principal causa del surgimiento del cáncer cérvico uterino.
Considerando que el sexo femenino es el principal perjudicado por este virus, la vacuna está especialmente pensada para ellas. Es por eso que la doctora Coffin sostiene que debe ser usaba principalmente en adolescentes, antes de que tengan su primera relación sexual.
Como esta vacuna es para proteger del contagio del VPH, sólo sirve como medida preventiva para quienes aún no lo han contraído, el resto sólo puede evitar el desarrollo de un cáncer cérvico uterino a través del autocuidado, es decir, realizándose todos los años el test de Papanicolau (PAP), examen que se descubrió hace medio siglo y que desde su aplicación ha resultado muy eficaz en el control de esta enfermedad.
Por lo tanto, mientras se espera la llegada de la vacuna, sólo queda mantener una conducta responsable y visitar periódicamente al ginecólogo, privilegiando el concepto de autocuidado.
¿Es conveniente que los hombres también se vacunen?
El control del VPH está asociado a un asunto de recursos, políticas de salud y prioridades, pero lo más importante, al concepto de autocuidado no sólo por parte de las mujeres, sino también de los hombres.
La acción dañina del VPH depende de las características propias y de la condición particular de cada persona portadora. Hay virus que son más agresivos (especialmente VPH 16 y 18) y, por lo tanto, el riesgo de lesiones es mayor, pero si a eso se suman factores como el uso de corticoides, depresión, anorexia, tabaquismo, inmunodepresión o algún trasplante, la mujer está más expuesta.