Cada vez se hacen más común las cirugías en adolescentes, para esto es necesario que el adolescente tenga expectativas y reales y la madurez suficiente para enfrentar todo el proceso que conlleva una cirugía.
Los adolescentes son seguramente el grupo más permeable al bombardeo mediático de cuerpos estilizados y rostros perfectamente simétricos, parámetros que actualmente están instaurados como el estándar de belleza unánimemente aceptado.
Considerando lo influenciable que se puede ser a esta edad y la necesidad que se tiene de ser aceptado y respetado por los pares, no es extraño que la cirugía estética sea una alternativa cada vez más difundida en personas de entre 12 y 17 años.
De acuerdo a la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos (ASPS), en 2003, 331.000 procedimientos cosméticos de este tipo fueron realizados en jóvenes menores de 18 años.
Sin embargo, precisamente como la adolescencia es una etapa en que se está formando la personalidad, este organismo destaca que es fundamental tener presente que para concretar una intervención de este tipo es necesario que el requerimiento surja de la persona y no de instancias externas. Pero, como se trata de un menor de edad, siempre se requiere que esta decisión cuente con el consentimiento de los padres.
El doctor Carlos Giugliano, jefe del Servicio de Cirugía Plástica de Clínica Alemana, sostiene que 'siempre hay que escuchar las necesidades y opinión del propio paciente. Es él quien tiene que estar convencido de la cirugía y no obedecer a un acto inducido por sus padres o apoderados a cargo'.
Asimismo, es importante que el adolescente esté consciente de los beneficios y limitaciones del procedimiento, es decir, que tenga expectativas realistas del cambio. Además, debe contar con la suficiente madurez para poder sobrellevar adecuadamente el postoperatorio. Por lo mismo, no es recomendable en personas con problemas de comportamientos o trastornos mentales.
Las cirugías más solicitadas
Las cirugías plásticas más realizadas en adolescentes son la rinoplastía o cirugía de nariz, otoplastía (cirugía de orejas), lipoaspiración y reducción mamaria en hombres, en casos de ginecomastia
El doctor Giugliano explica que existen varias intervenciones en que es necesario esperar que se complete el desarrollo físico, ya que de lo contrario lo más probable es que los resultados se modifiquen con el crecimiento.
En el caso de las mujeres este proceso culmina aproximadamente dos años luego de que se produce la primera menstruación o menarquia, y en los hombres, después de los 16 años. Sólo se recomienda intervenir antes de esta edad cuando existe un problema funcional u otra situación excepcional que requiera ser tratada de forma urgente.
'Por ejemplo, lo ideal es realizar una rinoplastía cuando se termine la etapa de crecimiento anatómico de la nariz, sin embargo, si existe algún tipo de anomalía que dificulte la respiración, es posible efectuarla antes, considerando algunas medidas', sostiene el especialista.
En cambio, cuando se trata de orejas grandes o inclinadas hacia delante, la cirugía correctora puede realizarse a una edad temprana, por lo que no es necesario esperar que se complete el desarrollo físico. Incluso, en muchos casos se realiza durante la edad preescolar.
También hay adolescentes que consultan porque tienen una mala distribución de la grasa (de forma excesiva y asimétrica), situación que los acompleja mucho. En estos casos -llamados lipodistrofias por exceso o déficit- se suele utilizar la lipoaspiración y/o lipoinyección, teniendo siempre en cuenta ciertos criterios básicos para ver si corresponde la indicación. No hay contraindicaciones de realizar estos procedimientos a esta edad.
Asimismo, en los hombres, la ginecomastia (desarrollo mamario excesivo) suele ser un problema que puede producir serios trastornos psicológicos en la adolescencia. En estos casos se efectúa una reducción mamaria.
El doctor Giugliano comenta que otra consulta frecuente es la reparación de cicatrices o extirpación de lunares que acomplejan al adolescente por su tamaño o ubicación. También hay casos más críticos como jóvenes con malformaciones congénitas o secuelas de un accidente grave.
'Es importante tener presente que siempre antes de realizar cualquier intervención de este tipo es fundamental evaluar cada caso exhaustivamente, de manera de determinar si la cirugía es la indicación más adecuada para satisfacer las necesidades del adolescente', concluye.