Los juanetes son dolorosas protuberancias que se forman en las articulaciones del pie las cuales son posibles eliminar con cirugía.
El doctor Juan Carlos Johow, traumatólogo de Clínica Alemana, explica las razones que llevan a que un menor tenga estas deformidades en sus pies y cuál es el mejor tratamiento de acuerdo con su edad.
¿Los antecedentes familiares influyen en el desarrollo de juanetes?
Sí, casi sin excepción hay uno. Cuando te encuentras con una joven con juanetes, investigas y también lo tiene la mamá, una
tía o la hermana, aunque no es un rasgo dominante.
¿Habitualmente, se transmite por el lado materno?
No necesariamente, pero lo que pasa es que el juanete en hombres es bastante más extraño.
De hecho, apenas se da en uno de diez aproximadamente.
Una buena medida de prevención, es que si existen antecedentes familiares los padres lleven a los niños desde chicos al especialista.
Se empieza a ver en la adolescencia, aunque hay veces que se dan a los diez años.
¿Cuáles son los primeros síntomas que alertan a los papás al respecto?
Habitualmente, las niñitas se dan cuenta y encuentran feos sus pies. La pregunta clave que les hago es si cuando están
en la playa esconden los pies en la arena.
El uso de zapatos apretados en la punta y con tacos acrecienta las molestias, pero en los niños que nos los usan, ¿qué los aumenta?
Efectivamente, uno ve adolescentes que no han usado jamás esos zapatos
y tienen juanetes. El asunto es más bien al revés; es decir, cuando los tienen, el uso de este calzado se hace sumamente molesto. Entonces, culpan a los zapatos, pero lo único que ellos hacen es acrecentar la irritación,
inflamación y dolor que acompañan a los juanetes.
Si aparecen en un pie, ¿deberían aparecer en el otro?
Sí. Generalmente, es bilateral.
¿Pueden volver a salir de adulto si se solucionan en la infancia?
Es difícil una solución definitiva en la infancia porque el juanete es inexorable.
Habitualmente, una vez diagnosticado, se sigue un tratamiento que apunta a desarrollar la musculatura que no está actuando correctamente. ¿En qué consiste?
Lo que funciona mejor en los niños es el
tratamiento de kinesiterapia, que estimula el músculo adductor para que el dedo vuelva hacia adentro. Afortunadamente, es el único músculo en la cara interna del pie, por lo que es muy fácil hacer una estimulación
eléctrica con bajísimo voltaje para hacerlo funcionar. Así, se le 'despierta' y se le enseña al paciente a usarlo.
El problema con los niños es que son inconstantes, pero hay niñitas que, preocupadas por la parte estética, son muy obedientes y logran resultados extraordinarios.
Además, con la kinesiterapia se enseñan ejercicios que estimulan toda la musculatura intrínseca del pie, es decir, la que sólo están en esta extremidad, que dan los movimientos finos y que no vienen desde las piernas. Entre ellos están los relacionados con los juanetes. Dentro de estos ejercicios están enrollar una toalla y agarrar lápices o bolitas con los dedos de los pies. Son ejercicios entretenidos y muy buenos, pero necesitan constancia, ya que es un asunto de por vida. Yo les digo que es como lavarse los dientes, un hábito que tiene que ser diario.
Cuando se nota
que la kinesioterapia no ha andado bien o que los resultados no son suficientes, se opta por la cirugía. Ésta se hace en un momento preciso: cuando el paciente la pide, porque está aburrido, tiene dolor y quiere solucionar
su problema.
La que yo realizo es trasladar el músculo abductor al primer hueso metatarsiano. Así, sigue empujando hacia afuera, pero deja la falange libre para que el adductor vuelva a llevarla hacia adentro. Todo vuelve a su lugar sin necesidad de cortar huesos (osteomía), lo que es muy importante en los niños porque uno no puede determinar qué va a pasar con sus huesos con el crecimiento.
¿Y se puede operar aunque esté en pleno crecimiento?
No. Tienen que haber completado el crecimiento, sobre todo de los cartílagos. Pero afortunadamente, uno de los huesos que más rápido termina
su crecimiento es el metatarsiano, donde hay que hacer unos orificios para meter el tendón y fijarlo. Para esto se hace un pequeño túnel transversal a través del hueso, donde se fija, dejándolo tenso. Además,
al quedar dentro de este túnel el tendón queda con mucha más adherencia que si se hiciera en un solo punto y es mejor la cicatrización.
También existe la ostetomía en sus múltiples variantes, en la que se corta el hueso y se fija con una placa o tornillos para que pegue el tejido óseo. Es una cirugía que también es muy buena, pero yo prefiero la otra que apunta directamente a la causa del problema.
El crecimiento
de los huesos del pie se completa muy precozmente, entre los 13 y 14 años.
En un niño, que tiene tantos años más de vida, ¿se justifica realizar este procedimiento aunque, eventualmente, el resultado podría volver atrás en unos años más?
Sí
se justifica. Justamente, para evitar la progresión de la deformidad que trae futuros problemas como artrosis dolorosas. En los más de 30 años que estoy realizando este procedimiento -incluso en personas muy jóvenes
que sigo controlando-, no he observado que se reproduzca la deformidad.
¿No sería mejor la operación de huesos para dejarlo más firme a largo plazo?
Considero que dejar el hueso indemne y no provocarle una fractura inducida, que es el corte de éste, es mejor que
debilitar el hueso y alterar la anatomía del pie. Es preferible resguardar la anatomía y la articulación haciendo sólo transferencia de los músculos deformantes que en este caso, se convierten en correctores.
¿Qué complicaciones implica para un niño no ser tratado a tiempo?
Lo más probable es que va a tener que llegar antes a la operación porque en algún minuto va a molestarle demasiado.
Se puede usar
un separador nocturno, un aparato que va por el lado interno del pie y con una barra dura afirma el dedo hacia adentro. Es bueno porque permite relajar el músculo durante la noche, pero mi experiencia es que el paciente se aburre porque
molesta mucho y no evita el juanete.
También existe un separador de silicona que se mete entre los dos primeros dedos, ya que el dedo gordo es mucho más potente, empuja el separador y al segundo dedo, el que termina montándose sobre el primero. Esto se llama dedo martillo, o en garra, que es mucho más molesto que el juanete, por lo que no debe usarse por ningún motivo.
¿Hay algún deporte que esté contraindicado para los juanetes?
No. Pero, una vez operado, mejoran su rendimiento deportivo, sobre todo en los hombres, que consultan porque el juanete les molesta para realizar
deportes.