Espermiograma: clave para evaluar la fertilidad masculina

La fecundación entre una pareja no siempre es posible y uno de los motivos puede ser la infertilidad de uno de ellos. una forma de evaluar la fertilidad en hombres es a través de un espermiograma.

Por Clinica Alemana feb. 3, 2007, 09:13

En cada relación sexual, un hombre deposita alrededor de 250 millones de espermatozoides contenidos en el semen. Sólo uno de ellos basta para lograr la fecundación, sin embargo, no siempre esto es posible, ya sea por problemas de fertilidad en un integrante de la pareja o en ambos.

 

Para determinar si existe alguna patología o alteración de este tipo en el hombre, se realiza el espermiograma, un examen que analiza los espermatozoides (células sexuales masculinas) para conocer su concentración, morfología y motilidad.

 

Estos 3 parámetros están relacionados con la capacidad reproductora del varón, de ahí que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya definido valores para considerar a un paciente con alteraciones que pueden disminuir las probabilidades de lograr un embarazo.

 

En cuanto a la concentración o cantidad, un recuento normal es el que tiene más de veinte millones de espermatozoides por mililitro cúbico. Niveles menores se califican desde casos leves hasta severos (menos de un millón).

 

La doctora bioquímico Isabel Carrasco, jefe del Laboratorio de Medicina Reproductiva de Clínica Alemana, explica que en la morfología espermática se evalúa la normalidad de cabeza, pieza intermedia y cola del espermatozoide. En tanto, la motilidad es determinada por el estudio de sus movimientos (distintas velocidades de desplazamiento, capacidad de vibrar en el lugar e inmovilidad).

 

¿Cuándo se solicita?

 

Este examen es, generalmente, solicitado por los ginecólogos cuando una pareja tiene problemas de fertilidad, dado que puede ayudar a los especialistas a determinar cuál sería el mejor tratamiento en cada caso. Sin embargo, es importante destacar que los resultados obtenidos no son suficientes para asegurar en forma categórica que un hombre es fértil o infértil.

 

En este sentido, el doctor Patricio Donoso, ginecólogo de la Unidad de Medicina Reproductiva, explica que la capacidad de procrear depende de múltiples variables. 'Puede ser que un hombre con alteraciones severas esté casado con una mujer joven y muy fértil, y que por lo tanto, nunca tenga problemas para embarazarse. Por lo tanto, hay que siempre interpretar los resultados dentro de un contexto', asegura.

 

Por esta misma razón, el especialista asegura que no es necesario pedir este examen antes de un año de exposición a embarazo, porque muchas veces basta esperar un poco más para concebir en forma espontánea.

 

El espermiograma también suele ser pedido por los urólogos, en hombres con varicocele o con cáncer -que han sido sometidos a extirpación de testículos o a quimioterapia-, ya que en estos casos podría verse afectada la producción de espermatozoides.

 

Asimismo, puede ser indicado a pacientes sometidos a vasectomía (método quirúrgico de anticoncepción masculina) para verificar si se obtuvieron los resultados deseados y el semen quedó libre de espermatozoides.

 

¿Cómo se realiza?

 

Para realizarse un espermiograma, el paciente debe entregar la muestra de semen en la Unidad de Medicina Reproductiva. Puede emitirlo en una pieza privada ubicada en el mismo recinto o hacerlo en su casa, pero en este último caso debe traer la muestra inmediatamente, con un intervalo de tiempo inferior a una hora desde que se emitió. Los resultados están dentro del mismo día.

 

Cuando una pareja está en etapa de estudio, se le solicita al hombre un espermiograma con separación espermática. De esta forma, es posible obtener los mejores espermatozoides de la muestra y así el médico podrá indicar el tratamiento con mejor pronóstico.

 

Existen casos en que no basta con una sola muestra y es recomendable repetir el examen. Esto ocurre, por ejemplo, cuando el objetivo es evaluar el resultado de una vasectomía. En estos casos debe realizarse más de un espermiograma para asegurarse que no hay espermatozoides residuales.