¿Cómo afecta el alcohol en el embarazo?

Mientras el bebé está en el vientre de su madre, todo lo que ella coma o beba puede afectarlo de alguna manera. Es por eso, que durante este periodo se aconseja restringir el consumo de ciertas sustancias como el alcohol, ya que en exceso puede provocar alteraciones en el desarrollo del niño.

Por Clinica Alemana mar. 2, 2008, 21:00

Mientras el bebé está en el vientre de su madre, todo lo que ella coma o beba puede afectarlo de alguna manera. Es por eso, que durante este periodo se aconseja restringir el consumo de ciertas sustancias como el alcohol, ya que en exceso puede provocar alteraciones en el desarrollo del niño.
Esto no significa que este tipo de bebidas estén absolutamente prohibidas durante el embarazo. Según el doctor Max Polanco, ginecólogo obstetra de Clínica Alemana, una mujer en este estado puede beber alcohol siempre que lo haga en forma moderada y bajo supervisión.

 

Sin embargo, al momento de elegir un trago, el especialista aclara que es mejor preferir aquéllos que tienen menos grados etílicos, como la cerveza o el vino.

En cuanto a la cantidad, no se sabe a ciencia cierta cuál es el volumen que se puede ingerir sin que afecte al bebé, ya que las personas no metabolizan el alcohol de la misma manera. Pero el especialista explica que si se bebe en forma social una o dos copas a la semana no debiera haber ningún tipo de dificultad, pero si se exceden ciertos límites los riesgos aumentan.También hay que considerar las condiciones del embarazo. Por ejemplo, si la madre tiene antecedentes de preclampsia, los problemas de crecimiento intrauterino propios de esta patología pueden verse drásticamente aumentados por el consumo de bebidas alcohólicas.

¿Cuándo preocuparse?
La ingesta frecuente y excesiva de alcohol durante el embarazo puede producir un amplio espectro de efectos nocivos, los que según distintas publicaciones van desde un mayor riesgo de aborto espontáneo hasta alteraciones serias en el bebé. De hecho, esta sustancia es una de las principales responsables de malformaciones en el embrión o feto.

Sin embargo, el doctor Polanco aclara que 'muchas veces el consumo de alcohol no es el único responsable de estos efectos nocivos, ya que es común que este hábito vaya acompañado de otros factores que también son muy riesgosos, como por ejemplo el consumo de distintas drogas, problemas de nutrición y un inadecuado control prenatal, entre otros'.

El indicador más confiable de que hubo exposición prenatal al alcohol es el bajo peso al nacer, con una media de 2,0 kg., muy por debajo del peso promedio de un recién nacido normal, que es de aproximadamente 3,3 kg.

La principal consecuencia de la ingesta excesiva y crónica de alcohol en el embarazo es el síndrome alcohólico fetal, que incluye retraso del crecimiento antes o después del nacimiento, contracturas articulares, anomalías faciales, defectos cardiovasculares y disfunción del sistema nervioso central, como microcefalia, retraso mental y alteraciones del desarrollo psicomotor, las que se pueden presentar en el nacimiento o cinco a seis años después.

El periodo más riesgoso es durante el primer trimestre de gestación, porque como recién se está formando la placenta hay más probabilidades de que se produzca un traspaso de alcohol de madre a hijo.

Según los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, cada año nacen entre 1.300 y 8.000 bebés con síndrome alcohólico fetal, es decir, se presenta aproximadamente en el 6% de los hijos de mujeres que abusan de esta sustancia en forma crónica.

El especialista explica que el consumo excesivo de alcohol en el embarazo también puede producir síndrome de abstinencia, que a diferencia del síndrome alcohólico fetal tiene efectos transitorios en el recién nacido.

Sus principales manifestaciones, que pueden comenzar unas horas después del nacimiento, son básicamente temblores, irritabilidad (exceso de llanto), problemas para dormir y amamantarse, convulsiones, bostezos, congestión nasal y estornudos, vómitos, diarrea, deshidratación y fiebre o temperatura inestable, entre otros.

Por último, el doctor Polanco sostiene que la intoxicación aguda con alcohol momentos previos al parto, también puede afectar al bebé, ya que parte de esta sustancia se traspasa al niño en el nacimiento. 'Esto puede causarle problemas para succionar y amamantarse, hipoglicemia, irritabilidad y somnolencia. Sin embargo, todas estas alteraciones son transitorias y no debieran tener más consecuencias a futuro'.