Tricotilomanía: la obsesión por arrancarse los pelos

La tricotilomanía es un trastorno de carácter obsesivo-compulsivo que consiste en arrancarse pelo principalmente de la cabeza pero puede varias en diferentes zonas como cejas y/o pestañas.

Por Clinica Alemana feb. 12, 2008, 16:59

Se estima que una persona promedio tiene alrededor de 100 mil pelos en el cuero cabelludo, Esta cantidad puede disminuir por distintas razones, entre ellas el envejecimiento, algunas enfermedades que propician su caída o, simplemente, el hábito de arrancarlo con frecuencia. Esta última causa se denomina tricotilomanía, concepto derivado del griego thrix, trichós (cabello) y manía (impulso).

 

Las personas con este trastorno mental sufren una pérdida de pelo localizada debido al hábito de tirarlo hasta sacarlo de raíz o cortarlo. Incluso, hay un grupo que luego de extraerlo se lo come (tricofagia). Aunque el cuero cabelludo suele ser el principal afectado, también hay tricotilomaniacos que se concentran en otras áreas, como cejas, pestañas, región púbica, brazos y piernas.

 

Esta afección es más frecuente de lo que se podría pensar. La doctora Patricia González, psiquiatra de Clínica Alemana, explica que afecta aproximadamente al 4% de la población. Además, es cinco veces más común en mujeres y puede presentarse a cualquier edad, aunque suele ser más frecuente en adolescentes y niños.

'He visto que, por lo general, a las personas que padecen este trastorno les produce mucha vergüenza hablar sobre el tema. Muchos tratan de ocultarlo, lo minimizan, cambiando por ejemplo, el estilo de peinado para que no se note', revela la especialista.

Aparte de la apariencia desigual del pelo, la tricotilomanía no suele generar otro tipo de consecuencias físicas. Sin embargo, cuando la persona se come el cabello se pueden generar algunas complicaciones como la obstrucción intestinal, provocada por 'bolas de pelo' o tricobezoares que se acumulan en el sistema digestivo, lo que puede requerir incluso tratamiento quirúrgico.

 

En cuanto a las causas, la psiquiatra afirma que hay publicaciones que catalogan a este desorden dentro del espectro del trastorno obsesivo compulsivo, por lo que su origen podría estar relacionado con alteraciones en algunos neurotransmisores, principalmente la serotonina. Sin embargo, todavía no existe consenso al respecto. Lo que sí se sabe es que estos cuadros muchas veces se ven agudizados en situaciones de estrés. Asimismo, hay casos en que se dan en concomitancia con otros desórdenes como síndromes ansiosos y depresivos.

 

Un problema con solución

 

En niños y adolescentes, la tricotilomanía suele ser detectada por los padres, quienes al descubrir zonas sin pelo, llevan a sus hijos al médico para ver de qué se trata.

 

El diagnóstico diferencial lo hace generalmente el dermatólogo, con el fin de descartar otras patologías que pudieran causar la pérdida de cabello como alopecia, problemas de tiroides, diabetes, tiña o lupus, entre otros. Si se confirma que es un caso de tricotilomanía, el paciente es derivado a un psiquiatra o psicólogo, quien evaluará el caso y verá cuál es el manejo más indicado.

 

La doctora González explica que el tratamiento está enfocado en distintas áreas de acción. Una de ellas es la psicoterapia, donde la terapia cognitivo conductual, específicamente, ofrece una de las técnicas más usadas: la conversión o inversión de hábitos. Ésta consiste en pedirle al paciente que identifique las situaciones de riesgo en que se saca el pelo como por ejemplo momentos de estrés, aburrimiento o estudio-, de manera que tome conciencia de esta costumbre y cuando sienta la urgencia de tirar del cabello sea capaz de detenerse.

 

En conjunto con esto, se le entregan a la persona métodos de relajación que ayudan a canalizar de otra forma la necesidad. Además, se le enseña a realizar una acción consciente con sus manos (ocultar el pulgar). Muchas veces, con esto basta para que la persona abandone el hábito.

 

En el caso de que la tricotilomanía se asocie a otra enfermedad, como por ejemplo depresión, el tratamiento farmacológico de esta segunda patología disminuye la costumbre de arrancarse el pelo. 'En los casos más graves, es decir, personas que quedan prácticamente calvas o sin cejas, se pueden utilizar inhibidores selectivos de la serotonina, como sertralina u otros medicamentos usados para el tratamiento de la depresión, trastornos de ansiedad y trastorno obsesivo compulsivo', concluye la psiquiatra.

 

Unidad de Psiquiatría
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