Generar apego antes, durante y después del embarazo es fundamental en la vida de lactante ya que este lazo emocional con sus padres y/o cuidadores ayudará en la sabiduría, sistema de supervivencia y desarrollo general del bebé.
La seguridad emocional indispensable para el desarrollo de las habilidades psicológicas y sociales de las personas, se genera gracias al apego, lazo emocional que desarrolla el niño con sus padres o cuidadores.
Para esto es fundamental la familia, ya que es el primer contexto social en el cual el pequeño se desenvuelve y donde aprende las conductas que le permitirán relacionarse con otras personas. Es importante un clima familiar cálido que responda a las necesidades afectivas del infante desde el momento de la concepción.
Al respecto la neonatóloga de Clínica Alemana, Ximena Solivelles, responde algunas preguntas importantes sobre la importancia de este vínculo.
¿Qué se entiende por apego?
La teoría del apego se basa en la necesidad intrínseca de los seres humanos de generar lazos afectivos prolongados y consistentes entre el bebé y su madre (o el padre o persona que lo cuide y acoja).
Estos lazos se crean muy tempranamente en la vida de todos los mamíferos alentados por el instinto de protección materno. Su función principal es obtener cuidado, protección y estimulación del desarrollo por parte de un individuo con más sabiduría y posibilidades de supervivencia.
En la medida que se generen procesos que vayan desde el estrés a la calma en que se satisfagan las necesidades de afecto, contención, protección, alimentación y abrigo, el bebé irá adquiriendo progresivamente una base de seguridad y confianza con la cual explorará el mundo que lo rodea, facilitándose la tarea de alcanzar saludablemente los hitos de su desarrollo.
¿Desde cuándo se debe estimular el apego?
Cuando la madre se hace consciente de su embarazo, se ilusiona, construye en su mente una imagen del nuevo ser, percibe sus movimientos, siente cómo crece en su vientre, le habla y acaricia a través de su abdomen, le asigna un nombre, genera expectativas acerca de él y empieza a quererlo cada vez más entrañablemente. Esto es instintivo, por eso aunque ella no lo conoce aún, sufre mucho si sabe que algo le ocurre o que hay riesgos para ese niño. Lo mismo puede pasar con el padre en la medida que éste se involucre en el embarazo. Este apego afectivo ya puede ser percibido por el niño.
En el momento del parto se produce el tan ansiado reconocimiento del hijo como propio, en el que tienen un rol preponderante los sentidos: verlo, sentirlo llorar, tocarlo e, incluso, olerlo. Para el recién nacido es su primera experiencia sensorial extrauterina, por lo que se procura que sea lo más placentera posible para que el niño perciba una sensación de seguridad y armonía con su entorno, iniciando así un vínculo intenso y permanente con su madre y padre.
¿Cómo se favorece la práctica del apego en el momento del parto?
Desde hace varios años, Clínica Alemana trata de favorecer al máximo el apego físico postparto inmediato entre la madre, padre e hijo. Para ello se cuenta con Salas de Atención Integral del Parto (SAIP), donde incluso puede estar presente algún otro familiar si la familia lo desea.
Cuando el niño nace se pone inmediatamente sobre el pecho y vientre de su madre, en contacto piel con piel. Mientras un neonatólogo verifica que la adaptación del recién nacido se esté realizando en forma normal, éste es secado y abrigado, permitiendo que madre e hijo se reconozcan y ambos padres lo acompañen en su adaptación a la vida independiente.
En el caso de los partos por cesárea es más difícil por la inmovilización de la madre, pero también se puede hacer al menos apego facial.
Después de los primeros minutos, el recién nacido suele calmarse, empieza a abrir los ojos e, incluso, a buscar instintivamente el pecho materno.
En el caso de los recién nacidos que deben hospitalizarse, aun aquellos extremadamente prematuros, el servicio de Neonatología de Clínica Alemana cuenta con programas de apoyo al apego desde los primeros días, para superar la frustración de aquellas madres que no pueden estar con sus hijos como habían soñado. Tanto ellas como los padres son estimulados a participar de la atención del recién nacido hospitalizado, de modo de ir satisfaciendo las necesidades de su hijo y fortaleciendo este vínculo.
¿Qué beneficios brinda el apego?
Como el apego es una necesidad para el ser humano -natural e instintivamente- son los padres los encargados de lograrlo y así establecer vínculos afectivos y cognitivos.El apego se inicia al conocer al hijo, al reconocerlo y 'enamorarse' de él y continúa a lo largo de la vida a través de las enseñanzas del día a día y satisfaciendo sus necesidades afectivas y de contención de estrés.
Este nexo se hace cada vez más fuerte, da la seguridad de sentirse acogido, valorado y querido, fomentando la autoestima y garantizando una adecuada socialización e inteligencia emocional para toda la vida.
¿Cómo puede afectar en el desarrollo del niño carecer de apego?
Considerando que el apego es una necesidad biológica, es decir, los niños necesitan vivir vinculados a personas que los quieran y los cuiden, constituyendo éstas su espacio vital de crecimiento, la calidad del apego necesariamente va a influir en su desarrollo emocional, en su comportamiento social futuro, autoestima, afectividad con el resto de las personas y en su forma de enfrentar el mundo.
La carencia de apego afectivo sano y seguro, o el apego 'patológico' (padres negligentes o maltratadores) necesariamente se traducirá en trastornos psicológicos severos.
Departamento de Pediatría
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