“La elección dependerá de las particularidades de la piel (seca, mixta, grasa o sensible) y de los parámetros que se quieren revertir, como sequedad, arrugas o manchas. Según esto, escogeremos los principios activos que debe contener”, asegura la doctora Bernardita Lorca, dermatóloga de Clínica Alemana.
Lo que caracteriza a las cremas de noche es que son reparadoras y regeneradoras, humectan y nutren la piel, y aportan principios activos, algunos de los cuales, por su potencial irritativo, no sería conveniente aplicarlos de día, cuando la piel está expuesta a la radiación ultravioleta.
Asimismo, a diferencia de las de día, son más untuosas y no tienen protector solar. Además, pueden incluir vitaminas, antioxidantes, ácidos glicólico y retinoico, y despigmentantes.
¿Ya tengo que usar cremas de noche?
La doctora Bernardita Lorca recomienda comenzar a usarlas entre los 25 y 30 años: “A partir de esa edad, estos productos son parte fundamental de la rutina de cuidado de la piel, para prevenir, retardar o revertir los primeros signos de sequedad, pérdida de elasticidad y arrugas finas”.
Además, debieran usarse productos especiales para el contorno de ojos, los pliegues bucales y, en algunos casos, la zona del cuello.
La efectividad de las cremas de noche depende de su uso mantenido en el tiempo, combinándolas con cremas humectantes de día que contengan protector solar y, sumado a un estilo de vida saludable. También se aconseja asesorarse por un especialista, ya sea dermatólogo o cosmetólogo.
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