“Ayuda a desarrollar el sentido de cuidar y proteger al otro, así como también la responsabilidad, la expresión de afecto y ternura”, explica la psicóloga de Clínica Alemana Anamaría Dávila.
Tener una mascota en la familia es una oportunidad para establecer un vínculo a través del cual se pone en práctica una serie de valores, destrezas y características personales.
“Ayuda a desarrollar el sentido de cuidar y proteger al otro, así como también la responsabilidad, la expresión de afecto y ternura”, explica la psicóloga de Clínica Alemana Anamaría Dávila.
Agrega que, además, para un niño que comienza a caminar puede ser un estímulo ver cómo su mascota anda por la casa, ya que intentará seguirla. “En este sentido, la interacción con ella ayuda a desarrollar la confianza y a superar el temor ante situaciones nuevas”, sostiene.
Estos beneficios son los mismos independiente de la edad del niño, aunque también es fundamental tener claro que todas estas características se desarrollan de igual forma cuando no hay un animalito en la casa.
¿A qué edad es recomendable regalarle una mascota a un niño?
Si se trata de un perro, gato o hámster, es importante tener en cuenta la salud del niño, sus características evolutivas y las necesidades de la mascota también. En términos generales, no se aconseja regalarla antes de que el niño tenga conciencia de la existencia de la mascota y pueda relacionarse con ella.
Si es muy pequeño, es importante que siempre exista supervisión de un adulto en la interacción entre ellos, ya que sin querer el niño puede ser brusco con el animal y éste reaccionar violentamente.
Asimismo, es aconsejable tomar medidas de salud e higiene como desparasitar y vacunar regularmente a las mascotas. Los más recomendados son los mamíferos, ya que dan mayores oportunidades de interacción, compañía y juego, a la vez que permiten más la expresión de afecto y cuidado.
¿De qué manera contribuye, por ejemplo, a un hijo único?
Una mascota nunca podrá reemplazar a un hermano, pero sí ayuda al desarrollo de algunas habilidades sociales y afectivas como el cuidado por el otro, la ternura, la protección y el juego. Sin embargo, las relaciones fraternas incluyen una serie de otras experiencias que no se darán en la relación con una mascota, por lo tanto, es difícil hablar de compensación cuando es un hijo único.
Una mascota puede ser una buena compañía, pero más valioso es
¿Hasta qué punto hay que hacer responsable al niño de su mascota?
Cuidar a una mascota ayuda a desarrollar el sentido de la responsabilidad, pero los adultos no deben depositarla totalmente en los niños. Ellos son predominantemente egocéntricos, por lo que no están preparados para hacerse cargo de otro. Aún cuando muchos hijos se comprometen a cuidar la mascota como parte de la “negociación” para adquirirla, es probable que a través del tiempo puedan descuidarla y desmotivarse. Por eso es fundamental que los adultos sean cuidadosos con las verbalizaciones que hacen, ya que en consulta se ven niños muy afectados por la muerte o enfermedad de su mascota debido a que se sienten culpables por haberse despreocupado de ellas. Es por esto que siendo una oportunidad para favorecer y ejercitar el sentido de la responsabilidad, hay que supervisar, guiar y complementar los cuidados que el niño otorga.
¿Qué pasa cuando un niño pide mucho una mascota y la familia no puede por diversas razones?
Los niños son capaces de entender razones y, aunque se frustren, se enojen o sientan que es injusto privarlos de una mascota, esta situación también puede ayudar a su desarrollo, estimulando la tolerancia y la toma de decisiones con responsabilidad.
Es importante que los adultos sean capaces de evaluar en forma realista los pro y contras de tener una mascota antes de comprar una, ya que puede ser mucho más doloroso y frustrante para un niño encariñarse con un animalito y a corto plazo, tener que regalarlo porque ensucia el departamento o porque no hay quien lo cuide.