Sin embargo, durante el embarazo, las mujeres son más susceptibles de contraer ciertas infecciones. El doctor Jorge Lecannelier, ginecólogo de Clínica Alemana, explica que las infecciones vaginales, especialmente las micosis (hongos), son más frecuentes en las embarazadas. “Estos gérmenes son oportunistas y se desarrollan en ambientes donde predominan tres tipos de características: calor, humedad y oscuridad, las que se dan habitualmente en la vagina, sobre todo en el verano”, precisa.
La infección vaginal o vulvar (labios menores y mayores) producida por hongos se llama candidiasis, y produce síntomas como picazón, ardor, flujo vaginal blanquecino y grumoso.
Para defenderse de estas agresiones, es fundamental que la vagina mantenga su pH ácido normal. Para eso hay ciertos hábitos que es recomendar recordar, como no usar jabones perfumados, preferir agua pura o jabones de pH ácido, usar ropa interior de algodón (evitar la de nylon) y no quedarse con ropa mojada durante tiempos prolongados (trajes de baño).
Las embarazadas también están más expuestas a padecer infecciones urinarias durante todo el desarrollo de la gestación, sin embargo, en el verano estas son aún más frecuentes, debido a que las bacterias proliferan con mayor facilidad, debido a las condiciones ambientales mencionadas anteriormente.
“Es importante destacar que en el embarazo se pueden presentar infecciones urinarias asintomáticas, entonces muchas veces la paciente no se da cuenta del problema, lo que aumenta el riesgo de adquirir una pielonefritis (infección de los riñones). Esto puede poner en riesgo a la madre y eventualmente al bebé, a través de un parto prematuro”, afirma el especialista.
Por eso es importante detectar la infección a tiempo, mediante la realización de exámenes de rutina indicados por el médico. Estos incluyen una prueba de orina completa y un urocultivo, que se realizan generalmente a embarazadas asintomáticas durante el primer trimestre y luego se repiten entre la semana 27 y 28 (séptimo mes).
En cuanto a la prevención, hay varias estrategias simples para evitar el desarrollo de estos gérmenes, las que consisten en modificar algunos hábitos. El doctor Lecannelier aconseja:
-Tomar mucha agua (dos litros diarios). Esto produce un efecto de barrido en las vías urinarias.
-Limpiar el área genital con frecuencia y siempre de adelante para atrás, lo que aleja las bacterias de la uretra y vagina.
-Tomar jugo de arándanos a diario. Esto previene la adherencia de las bacterias a la vejiga.