En niños y adolescentes algunas alteraciones hormonales pueden comprometer su crecimiento y desarrollo. Por esta razón, se debe visitar al especialista antes de que aparezcan los primeros signos de la pubertad (ocho años aproximadamente) para controlar que todo este bien. Sin embargo, si el pediatra o los padres detectan antes alguna anomalía es necesario consultar de inmediato.
El área encargada de ver este tema es la endocrinología pediátrica, especialidad que se preocupa del estudio de las enfermedades producidas por alteraciones de las glándulas endocrinas (hipófisis, tiroides, suprarrenales, etc).
El doctor Santiago Muzzo, endocrinólogo infantil de Clínica Alemana, señala que algunos de los signos a los que hay que estar alerta son talla baja (bajo el percentilo 5 de talla/edad) según la estatura de sus padres, crecimiento lento (baja de percentilos), exceso de vello corporal y desarrollo mamario en las niñas o testicular en los varones, que no estén de acuerdo con su edad; obesidad, diabetes, entre otros.
Durante la consulta, el especialista realiza una historia clínica en la cual se pregunta al niño por sus molestias y antecedentes familiares y personales. Luego, efectúa una evaluación antropométrica (peso, talla, circunferencia de cráneo, entre otras) y, finalmente, un examen físico. Si en alguna de estas etapas se detecta algo anormal, se le solicita al paciente exámenes para confirmar el diagnóstico y proporcionarle el tratamiento más adecuado.
La principal causa de consulta es el crecimiento. Hay gran preocupación por que los hijos sean de estatura normal y ojalá más altos que sus padres. “La talla baja se puede deber a patologías subyacentes como una pubertad retrasada, déficit de la hormona del crecimiento, talla baja familiar o talla baja constitucional (disminución de la velocidad de crecimiento), entre otras causas. Teniendo en claro el diagnóstico, se le podrá indicar al paciente un tratamiento acorde a su necesidad”, enfatiza el endocrinólogo.
Otro tema relevante es la obesidad que se ha convertido en un problema de salud pública para el país. Un niño obeso tiene mayores posibilidades de seguir con esta condición en su vida adulta, y la obesidad se correlaciona con la presencia de síndrome metabólico, que está dado por la hipertensión arterial, dislipidemia y diabetes, lo que puede llevar a problemas coronarios, asociados a una alta tasa de morbilidad y mortalidad. De hecho, en Chile la primera causa de muerte en el adulto es debido a enfermedades cardiovasculares, por lo que al tratar la obesidad infantil se disminuye el riesgo de estas complicaciones.
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