Maria de los Ángeles y Francisco tienen 11 hijos: María de los Ángeles de 20; Loreto de 18, la mano derecha de la mamá; Francisco Javier de 16, el mayor de los hombres; Ignacio de 15; Juan de 13; Pedro de 11; Pablo de 10; Clara de 8; José María de 6; Tomás de 4; y Santiago, el recién nacido, quien será apadrinado por el Presidente de la República, siguiendo una vieja tradición chilena.
Nunca pensaron tener tantos hijos, no era tema. Ambos vienen de familias cristianas y lo más importante es hacer la voluntad de Dios y dentro de eso está recibir de manera responsable la cantidad de niños que viniera.
A las 6 y media comienza el día para la familia. A excepción de la hija mayor, que el año pasado ingresó a un convento, todos viven juntos. Se levantan, toman desayuno en familia de manera sagrada –que se deja listo la noche anterior- y una hora después, 9 de los hermanos se van al colegio.
“En la calle nos miran mucho”, dice la mamá. “La gente se da vuelta, los cuentan y los niños lo perciben y antes de que terminen dicen ‘somos 10’… ahora serán 11”, cuenta con risas. “Yo creo que la gente se alegra y de alguna manera es una forma de hacer visible a Dios”, dice.
Tienen una camioneta de tres corridas de asientos, pero aún así no caben, por lo que usan dos autos para salir juntos.
¿Lo más difícil? Educarlos seriamente y formarlos como personas. No es lo mismo que darles normas.
Los 10 son distintos y Santiago también lo será. No le puedo dar lo mismo a uno que a otro. Eso es lo más desafiante, ver más allá de lo que uno ve cuando mira”, dice. Para ella, lo más lindo de tener una familia grande es la posibilidad de entrega absoluta, todos los días al servicio de otro, en este caso, de 11 otros. “La maternidad es lejos el mejor regalo que tiene una mujer”, concluye.
Servicio de MaternidadIntegral
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