Al respecto, el doctor Ricardo Erazo, neurólogo pediátrico de Clínica Alemana, explica que esta patología consiste en la caída parcial o total de uno o ambos párpados y puede ser aguda (de aparición repentina) o crónica si se mantiene por largo tiempo, incluso durante toda la vida.
Esto se produce por menor función del músculo elevador del párpado, ya sea por hipoplasia -menor desarrollo del músculo- o por debilidad -falla funcional- secundaria a diversas enfermedades.
La mayoría de las veces la causa es congénita, no tiene significación patológica sino solo estética y lo primordial para hacer el diagnóstico es el examen clínico.
Cuando la ptosis congénita es bilateral (en ambos ojos) y se acompaña de parálisis de músculos oculomotores e, incluso, de debilidad o fatigabilidad segmentaria, se está frente a enfermedades musculares como las miopatías y distrofias congénitas, o trastornos de la transmisión neuromuscular como la miastenia congénita o neonatal transitoria. En estos casos, es importante realizar una serie de exámenes que serán indicados por el especialista.
Si la ptosis palpebral es adquirida y aparece en los primeros meses de vida, es importante realizar análisis para descartar el botulismo y la miastenia congénita.
Es hereditario cuando se trata de:
• Ptosis congénita (generalmente unilateral) ligada al cromosoma X. Aquí se observa que la madre del lactante varón también tiene ptosis palpebral.
• Miastenia congénita que tiene herencia autosómica recesiva.
• Miopatías congénitas, generalmente de herencia dominante, lo que significa que la enfermedad se transmite al 50% de los hijos.
• Enfermedades mitocondriales, en las cuales la ptosis aparece generalmente después de los tres años y se produce por diversas formas de herencia.
¿Es recomendable la cirugía?
El doctor Erazo asegura que “los cuadros de ptosis palpebral congénita pueden operarse, pero generalmente se espera que el niño crezca para efectuar la cirugía correctora, salvo en casos congénitos severos y no producto de enfermedades crónicas o progresivas, en los cuales esté comprometida la visión debido a la severidad de la caída del o los párpados. Por esta razón, el momento de la cirugía lo debe decidir el oftalmólogo.
Si el caso es severo y no se opera, puede producirse pérdida de visión. Cuando es leve solo se mantiene la asimetría y el problema se limita al aspecto estético.
Departamento de Pediatría
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