En agosto de 2009, a raíz de una prostatitis aguda declarada, me realicé el primer chequeo prostático con el doctor Alberto Bustamante, urólogo de Clínica Alemana, que además me solicitó una serie de exámenes de orina y de sangre.
Sin embargo, preocupado por no alcanzar los índices normales en los chequeos anuales posteriores, el 12 de junio de este año decidí hacerme una biopsia por sugerencia del doctor. Días después, poco antes de tomar un vuelo de trabajo a Bogotá, ingresé a Mi Página de Salud (antigua plataforma de información de salud de la clínica) para consultar los resultados del examen. La sorpresa fue tremenda, leí lo que nadie quiere: adenocarcinoma de la próstata grado 7.
Inmediatamente, me contacté por correo electrónico con el médico. Él me dijo que me quedara tranquilo, que el tema se podía manejar y que no suspendiera mi viaje. Durante el tiempo que estuve en Colombia, seguí en contacto con el doctor Bustamante, quien me ofreció utilizar el Robot Da Vinci para la operación, una prostatectomía radical (extirpación de la próstata con cáncer).
Me informé sobre esta tecnología en internet y descubrí que no solo era una técnica de última generación, sino que pocos centros contaban con ella en Latinoamérica.
Me sometí a la cirugía el 9 de agosto de 2012. Me intervino parte del equipo de cirugía robótica de la clínica integrado por los doctores Alberto Bustamante y Marcelo Orvieto, y la anestesióloga Lorena Muñoz. Además, se contó con el apoyo del doctor Randy Fagin, especialista del Texas Institute de St. David´s North Austin Medical Center.
La operación que estaba estimada en tres horas y media se redujo a la mitad, no tuve dolores postoperatorios y solo me quedaron cinco puntos de ocho mm en el abdomen. Los resultados fueron muy buenos.
En Chile, el cáncer de próstata es el segundo tumor maligno más frecuente entre los hombres. Según las cifras del Ministerio de Salud, en 2009, de cada 100 mil.
Los beneficios de la cirugía robótica
El doctor Marcelo Orvieto, médico coordinador del programa de cirugía robótica en Clínica Alemana, explica que este tipo de intervenciones se realizan a través de pequeñas incisiones en el abdomen, utilizando una cámara con visión 3D que permite mayor precisión en los movimientos del cirujano. En el caso de la prostatectomía, esta técnica replica exactamente los principios de la cirugía abierta y los resultados de curación del cáncer son iguales. La gran diferencia está en la recuperación. Los mayores beneficios que trae esta tecnología para los pacientes son menos sangrado y dolor postoperatorio, además de una rápida incorporación a las actividades normales. “Después de la operación retomé, poco a poco, mi rutina deportiva con caminatas y bicicleta”, reconoce Ignacio.
Da Vinci en Clínica Alemana:
Clínica Alemana ha desarrollado el Programa de Cirugía Robótica, tecnología de última generación en el manejo integral de los pacientes. Para ello, cuenta con un equipo multidisciplinario de profesionales orientado a tratar a cada uno en forma personalizada, aplicando las mejores estrategias terapéuticas dependiendo del caso.
En este proceso destaca la cirugía mínimamente invasiva realizada con el robot Da Vinci, modelo SI, sistema de última generación. El éxito de la técnica solo se avala con especialistas capacitados en este sistema. Por ello, la institución incorporó a su equipo de trabajo al doctor Orvieto, urólogo formado en Estados Unidos y con una vasta experiencia en el desarrollo de programas de cirugía robótica y capacitación de especialistas en esta técnica.
Actualmente, Clínica Alemana cuenta con urólogos y ginecólogos entrenados en el funcionamiento de este robot, puesto que en una primera instancia su uso se ha enfocado en estas especialidades, para luego extenderse a otras áreas como otorrinolaringología, cirugía de tórax, cirugía y urología pediátrica, y coloproctológica, entre otras.
¿Cómo funciona?
El robot posee dos módulos: los brazos que permiten intervenir mediante laparoscopía al paciente y un terminal de control o consola que ayuda al cirujano a realizar la intervención.
En total, son cuatro brazos. De ellos, uno contiene una cámara de alta resolución que se introduce a través de pequeños orificios para entregar al especialista una visión 3D de la zona a tratar; los otros tres permiten manipular el espacio a operar, gracias a útiles intercambiables (como pinzas o tijeras, por ejemplo).
A través de la consola, en tanto, es posible dirigir los movimientos del robot, operar en áreas muy pequeñas y realizar incisiones muy precisas.