La listeria monocytogenes es una bacteria que está presente en la tierra, el agua y las plantas, desde donde contamina productos animales. Por lo tanto, puede encontrarse en una variedad de alimentos crudos, así como en alimentos procesados y hechos con leche no pasteurizada.
Es muy resistente al ambiente, incluso, se multiplica a temperaturas bajas, como dentro del refrigerador. Su periodo de incubación va de 11 a 70 días con una media de 31.
La vía de contagio hacia el hombre es por su ingesta. En pacientes con el sistema inmune sano, la infección es poco común, pero si presentan un síntoma, puede ser diarrea. Sin embargo, las consecuencias son diferentes en el grupo de riesgo, conformado por embarazadas, inmunodeprimidos y adultos mayores.
En inmunodeprimidos, puede ir desde un síndrome febril sin focalización, hasta cuadros de compromiso meníngeo. En embarazadas, a veces es muy escasa la sintomatología, pero es probable que presenten fiebre, calofríos, dolores musculares (especialmente en la región lumbar) y, en caso de que se produzca la infección ovular, podría condicionar, de acuerdo a la edad gestacional, abortos, mortinatos o partos prematuros.
¿Cómo prevenir la listeria?
- No comer hot dogs o carnes 'deli' (definidas como rebanadas de carnes cocinadas, como jamón, roast beef, salame, pavo), a no ser que sean recalentadas hasta hervir.
- No comer quesos blandos (azul, brie, estilo mexicano, camembert) o frescos.
- No comer patés o salsas de carne, a excepción de los enlatados, que sí pueden consumirse.
- No comer pescados ahumados refrigerados, salvo que estén en platos bien preparados con buena cocción.
- No beber leche no pasteurizada ni comer alimentos que la contengan.
Este artículo se realizó con la colaboración de los doctores Luis Miguel Noriega y Luis Thompson, infectólogos de Clínica Alemana.