Andar en bicicleta ayuda al ritmo cardiaco, la circulación sanguínea y mejora la resistencia. Con este ejercicio se trabajan los glúteos y todos los músculos de las piernas, además de ser un trabajo aeróbico importante. Asimismo, al no ser un deporte con impacto, no se corre el riesgo de desarrollar lesiones.
Lo ideal es andar en bicicleta al menos 30 minutos cuatro a cinco veces por semana. Ésta debe tener un tamaño adecuado a la persona que la va a utilizar y ser, en lo posible, liviana y con al menos 18 cambios de velocidad.
Además, el asiento debe estar a la altura de la cadera cuando la persona está parada al lado de la bicicleta. El manubrio debe estar a una altura y distancia que permita mantener la espalda recta y con la pelvis en la misma línea del pedal. Asimismo, se debe utilizar un asiento o sillín confortable y zapatillas de suela dura para evitar lesiones por el apoyo en los pedales.
Utilizar la bicicleta como medio de transporte también es una muy buena opción, ya que puede saltarse los tacos, no implica un mayor gasto en mantenimiento, no necesita combustible ni pagar estacionamiento.
Es muy importante tomar medidas de precaución al andar en bicicleta por la vía pública:
- Utilizar las ciclovías, espacios indicados exclusivamente para las bicicletas, por lo que no se corre el riesgo de chocar con un vehículo a motor.
- Usar siempre casco
- Poner protecciones reflectantes tanto en la bicicleta como en la ropa, principalmente, si se anda en la tarde o noche.
- Respetar siempre las señales de tránsito y andar a la defensiva.
Este artículo se realizó con la colaboración del doctor Gonzalo Fernández, deportólogo de Clínica Alemana.