“Este ejercicio tiene efectos positivos sobre la presión arterial, colesterol, nivel de glicemia y control del peso corporal, entre otros factores de riesgo cardiovascular. Mejora la capacidad aeróbica, agilidad y coordinación de quien lo practica”, explica el doctor Gonzalo Fernández, deportólogo de Clínica Alemana.
Según un reciente estudio publicado en la revista Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology de la American Heart Association los “caminadores” bajan sus niveles de riesgo de hipertensión, colesterol elevado y diabetes tanto como los “corredores”.
Sin embargo, el doctor Fernández aclara que una actividad de mayor intensidad como el trote, tiene un efecto más favorable sobre la salud de las personas, debido a que genera un mayor impacto.
El especialista recomienda la caminata para personas que recién se están iniciando en la actividad física, sobre todo después de un periodo de inactividad prolongado. Es importante considerar que la distancia que se recorre no es tan relevante como la consistencia del ejercicio, es decir, que dure entre 30 a 60 minutos cada vez, 3 veces a la semana y que sea rápido para que produzca un aumento del pulso de al menos un 20 a 30% en relación al valor de reposo.
“Mientras mayor el vigor y duración de la actividad, esta tendrá más efectos positivos. Sin embargo, siempre hay que partir con una duración del ejercicio razonable, de 30 minutos, para luego ir aumentando con el transcurso de los días y de cómo se sienta la persona”, explica.
Si bien caminar no es tan intenso como correr, estos ejercicios comprometen los mismos grupos de músculos, lo que explica por qué ambos provocan efectos similares en la salud.