El doctor Gonzalo Fernández, deportólogo de Clínica Alemana, explica que “los principales accidentes son producto de traumatismos en donde destacan lesiones como las de ligamentos cruzado anterior o colateral de la rodilla, luxación de hombro, fracturas de clavícula, tibia, fíbula o de muñeca; o lesiones tendíneas que, aunque menos frecuentes, también están presentes”.
Esto se debe principalmente a la práctica de deportes sin los elementos de seguridad y a la imprudencia del deportista amateur.
El especialista asegura que es fundamental prevenir. Para esto, los padres deben acompañar a los menores de edad cuando realicen estos deportes, además hay que utilizar los elementos de protección recomendados por los expertos, como fijaciones que salten ante el impacto, uso de protectores para las rodillas, codos y casco, entre otros.
Si bien todos los deportes en la nieve requieren de medidas de precaución, hay que tener especial cuidado con la práctica de snowboard, ya que es de alto riesgo, porque se alcanzan velocidades bastantes elevadas y se realizan diversas piruetas que son potencialmente productoras de lesiones, tales como fracturas en las extremidades inferiores o clavícula, luxaciones de hombro y traumatismo encéfalo craneano (TEC), entre otras.
¿Qué hacer?
Después de un traumatismo de gravedad lo primero es comprobar si la persona lesionada está consciente y presenta pulso, ya sea en la zona media del cuello (carótida) o en la muñeca (bajo la zona del pulgar, aproximadamente). Si está inconsciente y no registra pulso, se debe proceder con una reanimación básica.
Si no se tienen los conocimientos de primeros auxilios, se debe mantener al afectado inmóvil, tal como se encontró sin retirarle el esquí o snowboard porque si no se manipula bien, una fractura cerrada se puede transformar en una expuesta, aumentando la gravedad de la lesión. Se recomienda pedir auxilio de forma inmediata para no retrasar el tratamiento y traslado del accidentado.