Al respecto, el doctor Eugenio Valdecantos, traumatólogo infantil de Clínica Alemana, explica que su verdadera causa es desconocida. Agrega que afecta a aproximadamente a un 10% de la población infantil, siendo los niños entre tres y 10 años los más afectados.
En cuanto a las características clínicas, el dolor de crecimiento corresponde a un dolor de localización cambiante, que afecta de preferencia a los miembros inferiores (caderas, muslos, rodillas, piernas y pantorrillas), habitualmente bilateral, de predominio vespertino o nocturno, que despiertan al niño en la noche. Su intensidad es moderada (5-10% de los casos el dolor es intenso), y dura entre 10 y 15 minutos.
El especialista asegura que desaparecen en forma espontánea o con uso de calor, masajes o analgésicos comunes.
Estas dolencias se presentan de igual manera en ambos sexos. Un gran porcentaje de los niños afectados tiene antecedentes familiares.
Los “dolores de crecimiento” pueden asociarse a dolores abdominales y cefalea, entre otros. Sin embargo, si se realizan análisis de laboratorio y radiografías los resultados son normales.
El diagnóstico es clínico, sin embargo se recomienda efectuar hemograma y VHS ante dudas de diagnóstico o en aquellos casos con dolor muy intenso, dado que es un signo de alarma.