Es común que durante la niñez y adolescencia los niños se golpeen la cabeza. Según cifras de la Urgencia Escolar de Clínica Alemana, estos casos representan el 7,7 % del total de atenciones que recibe. Afortunadamente, la gran mayoría son contusiones simples de cráneo sin pérdidas de conocimiento ni alteraciones neurológicas.
Sin embargo, cuando el golpe ocasiona pérdida de conocimiento, mareos, vómitos u otros síntomas neurológicos, se está en presencia de un TEC, es decir, un Traumatismo encéfalo craneano, el cual requiere de una mayor vigilancia y muchas veces de hospitalización para ser observado y poder diagnosticar complicaciones cerebrales, como hemorragias o hematomas intracraneanos.
En el diagnóstico, prima el examen físico, pero a los menores de dos años que sufren de una caída con golpe en la cabeza, aunque no presenten síntomas de TEC, por ser esta la parte más voluminosa de su cuerpo y con cisuras craneanas aún no osificadas, se les realiza una radiografía de cráneo, para verificar si hay fractura de cráneo, lo cual podría provocar hemorragias que afecten el encéfalo.
Si un niño, de cualquier edad, presenta pérdida de conocimiento, vómitos persistentes y alteraciones de la conducta -todos elementos que muestran un compromiso encefálico más significativo- se pide siempre un scanner de cerebro, quedando hospitalizados por uno o dos días, hasta descartar una lesión mayor.
“Cuando hay contusión de cráneo, recomendamos mantener a lo menos ocho horas de reposo sin estímulos visuales, es decir, sin televisión, computador, celular, consolas de juego o lectura. El cerebro debe estar lo más tranquilo posible”, explica el doctor Guillermo Correia, jefe de la Urgencia Escolar de Clínica Alemana.
Agrega que “luego del reposo, si hay alteración del comportamiento o vómitos, el paciente debe ser nuevamente evaluado. Existe el mito de que las personas que se pegan en la cabeza no pueden dormir o comer. Eso no tiene justificación. Solamente, se les pide que consuman alimentos sólidos y poco líquido para no favorecer la aparición de vómitos”.
Según publicaciones de la Academia Americana de Pediatría, toma cerca de tres semanas que un menor se recupere completamente de una contusión en la cabeza, sobre todo si ha presentado síntomas graves. Destaca que, aunque en apariencia, el niño se vea normal después del golpe, muchas veces presenta dificultades en el colegio, sobre todo en la concentración.
Por eso, el doctor Correia es enfático en la importancia del reposo, tanto después de una contusión de cráneo como de un TEC, y en tomar en serio este tipo de golpes, ya que cuando no se siguen las indicaciones médicas es posible que aparezcan cefaleas post contusiónales o post TEC, las que pueden durar semanas o meses.
Por último, recalca la importancia de uso de casco en determinados deportes como el esquí, bicicleta, moto y skate o cualquier tipo de tablas deslizantes, de manera que al caer estén protegidos del golpe en la cabeza.