Este ejercicio nació en Estados Unidos como una técnica para la recuperación de deportistas lesionados, ya que entre sus grandes virtudes están tener poco impacto articular y que el peso corporal disminuye notablemente en el agua, por lo que es ideal para quienes sufren problemas en huesos, músculos o articulaciones. Así, estas personas pueden realizar ejercicio de manera adecuada y efectiva.
“La natación permite mejorar la capacidad aeróbica general, desarrollar la musculatura de manera armónica y global, ya que se trabaja en forma completa. Además, ayuda a mejorar problemas posturales”, afirma el doctor Gonzalo Fernández, deportólogo del Programa Prodeporte de Clínica Alemana.
También es una excelente alternativa para:
• Embarazadas, personas con discapacidad y para todas las edades
• Individuos con sobrepeso
• Quienes quieren modelar y tonificar el cuerpo
• Aquellos que buscan reducir el nivel de grasa y tejido adiposo corporal
• Los que necesitan incrementar su rendimiento muscular, movilidad y rapidez
La gimnasia en el agua permite estimular la circulación venosa y arterial, potenciar la fuerza muscular, eliminar la retención de líquidos, acelerar la oxigenación sanguínea, promover las funciones digestivas y otorgar una sensación de equilibrio tanto físico como mental.
A tomar en cuenta
El especialista aclara que, al igual que con cualquier actividad física, con la gimnasia en el agua también hay que tomar ciertas precauciones, como:
• Realizar un chequeo médico previo si se lleva mucho tiempo de sedentarismo o si se ha tenido molestias haciendo deporte.
• Asesorarse por un profesor para planificar el entrenamiento.
• Tener periodos de calentamiento y enfriamiento en cada sesión.
• Partir en forma gradual.
• Hidratarse de manera adecuada, antes, durante y después del ejercicio.
• Realizar trabajo de flexibilidad complementario.
• En épocas de mucho frío, es necesario que la temperatura del agua no sea inferior a los 28 grados y que todo el ambiente esté debidamente climatizado.