“La temperatura ambiental y la humedad se relacionan con el grado de hidratación cutánea. Las bajas temperaturas disminuyen el proceso de descamación y la piel no logra retener agua y se acumulan corneocitos (células de la piel) en la superficie, haciendo que se vea seca, descamada y opaca. Además, pierde su función de barrera cutánea y queda mucho más sensible a irritarse con factores externos como el viento y el frío, que a alta velocidad, corroe aún más”, explica la doctora Francisca Daza, dermatóloga de Clínica Alemana.
Para protegerla, hay que limpiarladiariamentecon productos suaves, como sustitutos del jabón (syndets) o para piel sensible; usar una crema hidratante dos veces al día y aplicarse protector solar SPF 50 al menos 30 minutos antes de exponerse al sol y repetir cada cuatro horas.
Agrega que cuando hay sol en la montaña, se debe que tener igual o más cuidado que al ir a la playa. Esto porque a más altitud, mayores son los niveles de radiación. Además, la nieve es una superficie reflectante, por lo tanto, se reciben más rayos UV. Además, la humedad del aire dispersa la radiación. Por último, las horas en que se esquía (11:00 a 16:00 hrs.), son las de mayor cantidad de radiación UVB, responsable de quemaduras solares y cáncer de piel, entre otros.
Para el pelo
Con los factores antes mencionados, el pelo se seca y quiebra con facilidad, por eso, se recomienda utilizar una crema hidratante una vez a la semana (además de shampoo y acondicionador). Tampoco hay que abusar del secador o plancha.
Para los ojos
No hay que olvidar usar anteojos de sol o antiparras para proteger la visión de los rayos UV. Estos accesorios deben cubrir la mayor cantidad de piel posible, si no, la que queda expuesta, debe ser protegida con factor solar.
Para los labios
Es habitual que se sequen y partan, ya que el frío altera la descamación e hidratación, dejando la piel expuesta a agentes corrosivos.
Para protegerlos, hay que usar varias veces al día bálsamos labiales con protector solar. Estos contribuyen a hidratar y a restaurar. No hay que pasar la lengua por los labios, ya que la saliva es un agente irritante.
Para las manos
Al igual que los labios, las manos también se ven afectadas por el frío y, para evitarlo, la recomendación es usar una crema emoliente, aplicarla por lo menos cuatro veces al día y usar guantes adecuados que mantengan un ambiente tibio libre de humedad.
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