A medida que se envejece es más difícil mantener un alto nivel de concentración en distintas cosas de manera simultánea. El problema más común que hace que la memoria tenga dificultades es el estrés, pero también pueden jugar una mala pasada la depresión, ansiedad, trastornos del sueño, uso de algunos medicamentos y el consumo de alcohol.
“Los lapsus de memoria se dan a cualquier edad, pero no hay que confundirlos con fallas de la memoria en la gente de edad”, explica la doctora María Isabel Behrens, neuróloga de Clínica Alemana.
Hay personas que consultan a un especialista porque piensan que pueden tener Alzheimer, pero conversando con el médico se dan cuenta de que si los lapsus han aparecido repentinamente y no se acompañan de otras fallas de memoria, como olvidos de hechos recientes, repetición de preguntas o historias, pérdida de objetos que luego los encuentran otros familiares en lugares extraños, no es esta patología.
La doctora Behrens recomienda ir a un neurólogo cuando la pérdida de memoria se repite y empeora en el tiempo. Hay que estar atentos si a las amistades o familia les comienza a llamar la atención y comentan esta condición. También aclara que los lapsus solamente se tratan con descanso y desconexión de las situaciones que generan estrés, y recomienda no asustarse, ya que son normales.
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