Los probióticos son microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, confieren un beneficio en la salud de la persona que los consume. Estos pueden ser de origen bacteriano o de levaduras, (los primeros forman parte de la flora bacteriana intestinal).
En tanto, los prebióticos son una especie de alimentos funcionales definidos como 'ingredientes no digeribles que afectan beneficiosamente al organismo mediante la estimulación del crecimiento y actividad de una o varias cepas de bacterias en el colon, mejorando la salud', asegura la inmunóloga. Al contrario de los probióticos son por regla general hidratos de carbono no digeribles.
Los probióticos ayudan a mantener el equilibrio de la flora intestinal, tienen un efecto directo sobre el sistema inmune al estimularlo. Además, favorecen la producción de vitaminas. En tanto, los prebióticos estimulan el crecimiento y la actividad de los probióticos, principalmente, bifidobacterias y lactobacilos.
¿Dónde encontrarlos?
Los probióticos están en lácteos fermentados (yogur, leche, quesos), vegetales, carnes y pescados fermentados. También pueden estar presentes en ciertos suplementos alimenticios y, en productos bioterapéuticos que se encuentran en preparaciones de cápsulas y suspensiones, entre otras.
En tanto, los prebióticos se encuentran en hidratos de carbono no digeribles. Todas estas moléculas pueden formar parte de la composición intrínseca de los alimentos o añadirse a los mismos (alimentos funcionales).
¿Cuándo utilizarlos?
Los probióticos se pueden utilizar en cuadros diarreicos, intolerancia a la lactosa, estimulación del sistema inmune y alergias.
Los prebióticos se administran para estimular el crecimiento y función de los probióticos.
Precauciones
En cuanto a las precauciones y/o desventajas, en general, los probióticos no causan ningún efecto secundario significativo. “Sin embargo, si se toman en cantidades mayores pueden producir problemas digestivos, como gases e hinchazón que, por lo general, son temporales”, asegura la inmunóloga.
En pacientes inmunocomprometidos severos (VIH, tratamientos con inmunosupresores o quimioterapia) podrían, potencialmente, producir infecciones.