El tema de la consolidación y el haber obtenido ciertas metas se ve como un factor clave gatillante. Si bien esta fase es algo absolutamente normal, cuando es mal manejada puede derivar en una depresión.
“La mayoría de la gente puede sufrir una crisis normativa, lo importante es que se deben resolver de manera sana y salir fortalecido de ella. Cuando eso no pasa, se transforma en una patología”, aclara el doctor Guillermo Gabler, psiquiatra de Clínica Alemana.
Agrega que esta fase conduce a un profundo análisis de la historia de vida, por lo que si el individuo siente que algo está mal, esto puede llevar a cambios radicales como separación, renuncia al trabajo o búsqueda de un nuevo grupo de amigos. Por eso es importante que la crisis se resuelva con tranquilidad y si la persona siente que con los elementos que tiene no logra salir adelante, consulte a un especialista. No es normal en esta etapa sufrir una angustia mayor o sentirse incapacitado para realizar las actividades habituales.
¿Quiénes son más sensibles a presentar una crisis normativa?
Se da igual en hombres como mujeres. Siempre están relacionadas con etapas del ciclo vital que deberían estar zanjadas. Por ejemplo, a los 30 hay algún tipo de crisis cuando no está resuelto el tema profesional o cuando los amigos ya están casados o conviven con sus parejas y el afectado todavía vive con sus padres.
A los 60 años, el tema del envejecimiento es relevante y en algunas personas esto produce problemas.