Una de las condiciones más comunes son las manchas, las que se diferencian por su color. Las café pueden ser lunares, los que si son mayores de 20 cm de diámetro, tienen alto riesgo de hacer melanoma antes de los diez años de vida y pueden estar asociados a lunares dentro del sistema nervioso central.
“También puede ser una mancha café única, que es inofensiva. Pero si son múltiples o hay pecas en las axilas, hay que sospechar que es una enfermedad neurocutánea llamada neurofibromatosis, la que es progresiva y necesita tratamiento. Cuando son manchas lineales café puede ser una etapa de otra enfermedad neurocutánea, llamada incontinencia pigmenti, también puede ser un nevo epidérmico en forma segmentaria o una alteración de la pigmentación de esa zona”, explica la doctora Daniela Kramer, dermatóloga infantil de la Clínica Alemana.
Las rojas o lesiones vasculares se dividen en tumores, malformaciones y manchas salmón. Los tumores aparecen y crecen durante el primer año, y son “gordos”, como los hemangiomas. Se tratan en los primeros meses de vida cuando ocupan zonas estéticas importantes, si comprometen una función (visión o audición) o cuando están en un orificio que se puede ulcerar, como la boca o los genitales.
Las malformaciones vasculares, en general, son planas, están presentes al momento de nacer y van creciendo junto con la persona. Tienen tratamiento, pero depende del tipo de vaso comprometido. Las manchas salmón tienen una ubicación muy característica: párpados superiores, frente, zona interciliar, zona perinasal y sobre el labio superior. Estas son intensamente rosadas al momento de nacer y van atenuándose durante el primer año de vida.
También existen las manchas blancas o hipopigmentadas, las que pueden ser focales, múltiples o lineales. Las primeras son únicas y se llaman nevo depigmentado (lunar sin pigmento) y no tienen importancia. “Cuando son múltiples, uno tiene que pensar que tal vez es un aviso de una enfermedad neurocutánea, como la esclerosis tuberosa”, explica la doctora Kramer.
Las lineales siguen un trayecto nervioso, en general, del centro hacia afuera, en tronco y extremidades. También pueden ser por una enfermedad neurocutánea o por un trastorno puntual de la pigmentación de esa zona.
Por su parte, la típica mancha azul en la espalda, conocida como mancha mongólica por su frecuencia en asiáticos y en algunas razas indígenas, suele disminuir con la edad, pero no se va del todo. No necesita tratamiento. Se llama “nevo de Ota”, cuando se presenta una pigmentación azul alrededor del ojo, unilateral, y “nevo de Ito” si es en el hombro, unilateral. Se puede tratar con láser, pero es doloroso, largo y de respuesta variable.
No todo son manchas
Miliaria: Es típica en los recién nacidos y se trata de una inmadurez de las glándulas sudoríparas. Al no estar desarrolladas, los niños transpiran, pero no botan el sudor y se forma esta especie de globito. Es común en niños sobreabrigados.
Costra láctea: Es una hiperqueratosis, un aumento de la capa más superficial de la piel en forma de protección. También tiene un influjo hormonal que hace que produzca más sebo. Puede durar hasta los cuatro años de vida, porque todavía la necesita. No es necesario sacarla, además, si se retira de manera mecánica, vuelve a aparecer.