Llega el verano y todos quieren disfrutar en la piscina y refrescarse. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con los más pequeños que aún no saben nadar, ya que un simple descuido puede ser fatal.
Una manera de evitar accidentes por inmersión es ponerles flotadores. Al respecto, el doctor Héctor Araníbar, pediatra de Clínica Alemana, explica en qué hay que fijarse y cómo elegir el indicado.
Lo que se recomienda por seguridad es usar unos chalecos que tienen flotador, en la parte toracoabdominal y en la zona que va detrás del cuello. 'Así el menor se cae al agua, el flotador hará que quede flotando con la cabeza hacia arriba, además son autovolcantes, es decir, si el niño cae boja abajo lo da vuelta para que quede con la cabeza hacia arriba y pueda respirar”, explica el pediatra.
Asimismo, es muy importante que estos flotadores estén anclados, es decir, que tengan una serie de correas que pasen por la entrepierna y que impidan que el flotador se suba.
También hay que fijarse en que el flotador sea del tamaño adecuado para el niño, ya que hay tallas desde el XXS para los más pequeños, hasta XL para los más grandes o adultos.
Este tipo de chalecos flotadores está certificado por la autoridad marítima y, además, en las indicaciones aparece el peso que mantienen a flote. Pese a esto, el niño debe estar permanentemente supervisado por un adulto.
Una manera de evitar accidentes por inmersión es ponerles flotadores. Al respecto, el doctor Héctor Araníbar, pediatra de Clínica Alemana, explica en qué hay que fijarse y cómo elegir el indicado.
Lo que se recomienda por seguridad es usar unos chalecos que tienen flotador, en la parte toracoabdominal y en la zona que va detrás del cuello. 'Así el menor se cae al agua, el flotador hará que quede flotando con la cabeza hacia arriba, además son autovolcantes, es decir, si el niño cae boja abajo lo da vuelta para que quede con la cabeza hacia arriba y pueda respirar”, explica el pediatra.
Asimismo, es muy importante que estos flotadores estén anclados, es decir, que tengan una serie de correas que pasen por la entrepierna y que impidan que el flotador se suba.
También hay que fijarse en que el flotador sea del tamaño adecuado para el niño, ya que hay tallas desde el XXS para los más pequeños, hasta XL para los más grandes o adultos.
Este tipo de chalecos flotadores está certificado por la autoridad marítima y, además, en las indicaciones aparece el peso que mantienen a flote. Pese a esto, el niño debe estar permanentemente supervisado por un adulto.