Hay casos en que el parto normal es imposible y se debe recurrir a esta intervención quirúrgica -cesárea- .
Asimismo, el parto normal es menos riesgoso para la salud de la madre dado que no es una intervención quirúrgica y, si bien implica dolores y malestares, estos duran sólo durante el parto, luego la recuperación es bastante rápida, lo que permite menos días de hospitalización. Además, está comprobado que los bebés que nacen de esta forma tienen un mejor acondicionamiento biológico y es más grato para la madre.
El doctor Ricardo von Mulhenbrock, ginecólogo de Clínica Alemana, explica que hay casos en que el parto normal es imposible y se debe recurrir a la cesárea de urgencia, por ejemplo cuando:
- El peso fetal es excesivo (más de 4 kilos)
- La pelvis materna es demasiado estrecha
- Hay una mala posición de la cabeza fetal durante el trabajo de parto
- Se produce una falla en la dilatación del cuello uterino (dilatación estacionaria)
- Hay sufrimiento fetal agudo (baja en los latidos fetales)
- En caso de infección ovular (infección fetal)
- Existe desprendimiento prematuro de la placenta
- Se produce hemorragia durante el trabajo de parto
- Hay prolapso del cordo, es decir, caída del cordón umbilical hacia la vagina
En otras ocasiones se realiza una cesárea programada porque no hay posibilidad de lograr un parto por vía vaginal, por ejemplo:
- Cuando el bebé está en posición podálica, nalgas o invertida
- Si es transversa, es decir, cruzada en el abdomen materno
- Si la mamá tiene dos o más cicatrices de cesáreas anteriores
- Cuando existe una cicatriz uterina por una cirugía previa
- En caso de placenta previa (más debajo de la cabeza fetal )
- Cuando el feto es muy prematuro
- Si la mamá tiene antecedentes de cirugía vaginal previa reparatoria , por ejemplo una paciente operada de un prolapso genital si la mamá sufre de incontinencia urinaria
Si bien la cesárea presenta ciertas desventajas, en general, hoy tiene pocas complicaciones durante el postoperatorio gracias a la monitorización materna, técnicas anestésicas más seguras y un mejor manejo del dolor materno. Además, las mamás pueden caminar a las pocas horas.
'Por todas estas razones ,la lactancia no se ve alterada después de una cesárea, incluso en el pabellón, durante la cirugía, estamos poniendo al bebé a mamar. Esto ayuda a una mejor retracción uterina por liberación de oxitocina materna, lo que evita las hemorragia', concluye el ginecólogo.