Material particulado respirable, dióxido de azufre y monóxido de carbono son algunos de los contaminantes atmosféricos que se miden en la Región Metropolitana para determinar el nivel de smog en el ambiente. Desgraciadamente, durante los meses de invierno, la calidad del aire suele estar mal y la piel lo siente.
'Las partículas de smog se fijan a la piel, cuya capa superficial se ensucia y da un apariencia opaca, sin brillo, con poros obstruidos y saturada', explica la doctora Juanita Benedetto, dermatóloga de Clínica Alemana.
La acción del smog sobre en este órgano es tan peligrosa como el sol, ya que la combinación de estos contaminantes estimula la formación de radicales libres, moléculas inestables que oxidan la dermis, la inflaman y reducen la elasticidad. Todo esto favorece su envejecimiento. 'Por ello, es necesario, después de una buena limpieza, aportar a la piel antioxidantes, como vitaminas C y E. Asimismo, es importante obtenerlas a través de una buena dieta, balanceada con frutas y verduras', agrega la especialista.
La doctora Benedetto afirma que la solución está en una correcta rutina de limpieza: 'Se debe lavar la cara dos veces al día, con geles de limpieza, que produzcan un barrido suave de las células muertas. Ayuda el uso de cepillos de limpieza una vez al día. Posteriormente, debe complementarse la limpieza con un tónico dos veces al día'.
Asimismo, la exfoliación suave permite barrer las células muertas de la piel y favorece la renovación celular. Pueden usarse productos exfoliantes específicos una vez por semana.
Cuidados con el frío
La piel también se resiente con los cambios de temperatura, la acción del frío y el viento, y la escasa humedad producida por los sistemas de calefacción. Además, influye el uso de ropa y zapatos con mayor porcentaje de fibra sintética, ya que aumentan la transpiración, con la consecuente deshidratación cutánea.
Cómo cuidar la piel en invierno
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Evitar los cambios bruscos de temperatura.
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Evitar el uso continuado de fuentes de calor y no exponerse a estas muy de cerca.
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Utilizar humidificadores para aumentar el nivel de humedad ambiental.
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Preferir baños cortos y con agua no muy caliente.
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Mantener la piel hidratada mediante el uso de cremas y el consumo de líquidos.
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Aplicarse bálsamo labial varias veces al día en caso de que se resequen.
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Usar factor solar al realizar deportes de invierno, tanto en la cara como en los labios.