La Organización Mundial de la Salud ha elegido el 5 de mayo para celebrar la campaña “Salve vidas: límpiese las manos”. Esto, a propósito de que en el último tiempo se han producido cambios irreversibles en el mundo, como el desarrollo de patógenos multirresistentes.
Considerando esto, toda estrategia integral para resolver la amenaza que supone la resistencia a los antimicrobianos debe tener como objetivo la reducción de la transmisión de microorganismos resistentes en los hogares, las comunidades, los entornos sanitarios, las cadenas alimentarias y los suministros de agua.
Para esto, el elemento clave es la higiene, es decir, lavarse las manos, que no solo sirve para limpiarlas, sino también es muy eficaz para eliminar microorganismos de fácil transmisión y contagio, como los del resfrío y la gran mayoría de los virus respiratorios. Asimismo, previene la transmisión de virus y bacterias intestinales, incluyendo el virus de la hepatitis A.
La doctora Alejandra Marcotti, infectóloga de Clínica Alemana, asegura que “aunque es una medida de protección para todos, hay que tener especial cuidado con los recién nacidos y con personas mayores e inmunodeprimidas”.
Los menores suelen meterse cosas a la boca o chuparse los dedos, por lo que mantener sus manos limpias es muy importante para evitar que contraigan enfermedades infectocontagiosas. Por esto, hay que enseñarles desde un principio a tener el hábito del lavado de manos.
¿Cómo lavarse las manos?
- Con abundante agua y jabón
- Se debe incluir desde las muñecas hasta la punta de los dedos
- No hay que olvidar la higiene de las uñas. Lo ideal es que estén cortas para que no acumulen suciedad
- Si se ha tocado algo muy contaminante o demasiado sucio se recomienda, además, lavar las uñas cuidadosamente.