Alteraciones de la marcha en niños: Mi hijo camina chueco

La mayoría se corrige espontáneamente con la edad, pero si no es así, se debe evaluar para descartar que la causa sea una patología.

Por Clinica Alemana ago. 20, 2015, 00:00

Muchos papás llegan a las consultas de los traumatólogos infantiles preocupados porque sus hijos no están caminando bien, principalmente, durante los primeros años de vida de los niños. Las alteraciones más frecuentes son caminar con los pies hacia dentro, en punta o con las rodillas separadas o juntas.

 

La doctora Paulina De La Fuente, traumatóloga infantil de Clínica Alemana asegura que 'la mayoría son trastornos comunes y representan una variación normal del desarrollo, por lo que tienden a corregirse espontáneamente, pero un pequeño grupo puede requerir tratamiento”.

Tipos de alteraciones

Caminar con los pies hacia adentro

Es una de las más frecuentes, se da a distintas edades y se puede deber a una alteración del fémur, la tibia o el pie. En general, no duele ni produce artrosis, sin embargo, en los casos más acentuados, el niño puede tropezarse o caerse al correr porque ambos pies chocan.

Suele resolverse entre los siete y ocho años sin tratamiento, pero si la deformidad es muy acentuada o la marcha se asocia a dolor, hinchazón o cojera, lo debe evaluar un especialista. No se ha comprobado que el uso de zapatos especiales, plantillas y órtesis sea de utilidad. La cirugía se reserva para los casos en que la deformidad es más grave.

Marcha en punta de pies

Es bastante frecuente cuando están aprendiendo a caminar, ya que como forma normal del desarrollo prueban distintas posiciones del pie. En general, no existe una causa específica y se resuelve alrededor de los tres años; sin embargo, en un pequeño porcentaje se extiende, lo que se puede asociar a un trastorno neurológico o muscular, o simplemente porque el niño se acostumbró a caminar así.

También es posible que se deba al acortamiento del tendón de Aquiles, lo que suele producir dolor de tobillo y talón, sobre todo después de realizar actividades. En general, si el especialista identifica un problema físico como causa, puede tratarse con terapia física u ocupacional, uso de órtesis o yesos correctores,o con cirugía.

La mayoría de estos trastornos son bastante comunes y representan una variación normal del desarrollo.

 

Rodillas separadas o juntas
Habitualmente, durante el crecimiento normal, es posible observar dos alteraciones angulares alrededor de las rodillas: que estén separadas y con los tobillos juntos (piernas arqueadas), lo que se ve en menores de dos años, o que las rodillas estén juntas y con los tobillos separados (piernas en X), lo que se da en niños mayores.

Ninguna de estas produce síntomas ni afecta el rendimiento, siempre que no sea muy marcada. La mayoría alcanza el alineamiento normal alrededor de los siete años, por lo que no requiere un tratamiento específico, excepto en los casos en que se observan deformidades asimétricas, muy acentuadas o fuera de las edades esperadas. En estos casos, se hacen estudios para descartar enfermedades asociadas y tratar la causa específica, generalmente, con cirugía.

¿Cuándo consultar?

La doctora De La Fuente recomienda realizar un control ortopédico a los dos años de iniciada la marcha, es decir, entre los tres y cuatro años, para hacer una evaluación, pesquisar estas alteraciones y determinar si corresponden al desarrollo normal o a una patología que requiera seguimiento y eventual tratamiento. Además, siempre se debe consultar cuando existan deformidades muy marcadas, que sean mayores en una pierna que en la otra, que no mejoren o empeoren en el tiempo, o que produzcan dolor o cojera.