El 8 de junio, aún en la sala de parto, las tres hermanas se unieron en un gesto que quedó plasmado en una fotografía que enterneció a todos.
Un mes de vida cumplen hoy Virginia, Olivia y Jacinta, las trillizas que se tomaron las manos a pocos minutos de nacer y que hoy crecen sanas junto a sus padres y su hermano mayor.
El 8 de junio, Agustín Fracchia y María Jesús Edwards, fueron padres de tres niñas que nacieron a las 35 semanas de gestación, en Clínica Alemana. “Supimos que eran tres con la primera ecografía, vimos que la doctora tenía cara de extrañada y fue a buscar a otra especialista porque quería estar segura de cuántas veía. No podíamos creerlo, María Jesús se puso a llorar y yo quedé inmóvil, sin saber qué hacer o decirle para tranquilizarla. Ella pensaba en los riesgos del embarazo, era una realidad muy desconocida para nosotros”, cuenta Agustín.
El resultado se debió a la buena salud de la madre y a la decisión de no haber provocado el nacimiento antes.
La segunda especialista les aseguró que eran mellizas, pero para confirmarlo tenía que hacer otra ecografía una semana después. El resultado: tres fetos. María Jesús comenta que después del shock inicial, estaban felices: “Si nos mandaron trillizas, era por algo, una bendición. Nuestra principal preocupación era que duraran lo suficiente dentro del útero para que pudieran vivir al nacer'.
El doctor Masami Yamamoto, ginecólogo de la Unidad de Medicina Materno Fetal de Clínica Alemana, especializada en embarazos de alto riesgo, explica que uno triple es infrecuente, sin embargo, no es una rareza que este llegue a las 35 semanas de gestación.
Como era un embarazo de riesgo, María Jesús trató de hacer su vida normal tomando todas las medidas para evitar complicaciones, dejó de hacer actividades que exigían algún grado de fuerza, deporte, etc. En términos generales, no tuvo problemas y, recién un par de semanas antes del parto, hizo reposo porque estaba muy cansada.
El especialista explica que lo interesante de este caso es que hubo restricción de crecimiento de dos fetos, sin necesidad de una interrupción previa, y el cérvix se mantuvo cerrado, pudiendo programar el nacimiento a las 35 semanas. “Sin duda, el resultado se debió a la buena salud de la madre y a la decisión de no haber provocado el nacimiento antes, gracias a las técnicas de seguimiento ecográfico con las que se aseguró el bienestar fetal hasta ese momento. El objetivo fue poder dar de alta a las niñas con el menor tiempo de hospitalización neonatal posible”.
Agrega que es importante que estos embarazos sean tratados por una unidad de alto riesgo, ya que el conocimiento de un equipo experto de especialistas permite contribuir a la salud de la paciente, a su sobrevida y a la reducción de costos. En Clínica Alemana, el parto es planeado junto a todo el equipo de Medicina Materno Fetal.
Llegó el 8 de junio, día del parto, y Agustín cuenta que estaban muy nerviosos “pero cuando sacaron a la primera y vimos que estaba bien y que lloraba, me alivié mucho y empecé a disfrutar el momento. Luego vinieron las otras, fue reconfortante ver que ya estaban las tres hermanas fuera y bien. El equipo del doctor Yamamoto fue, desde el primer momento, espectacular. Nos transmitieron tranquilidad en todo momento y eso lo valoramos muchísimo”.
Unidad de Medicina Materno Fetal
Servicio de Neonatología