Existen ciertas creencias que muchas veces hacen que se evite el consumo de ciertos frutos y que se promueva el alto consumo de otros.
En esta época del año existe una gran variedad de frutas, por lo que es una excelente oportunidad para disfrutar de sus beneficios y diversos sabores.
Estos vegetales son una excelente fuente de vitaminas, minerales y fibras, elementos esenciales para el organismo. Además, tienen una importante acción antioxidante y, como contienen pocos azúcares, su aporte calórico es bastante bajo.
Sin embargo, existen ciertas creencias que muchas veces hacen que se evite el consumo de ciertos frutos y que se promueva el alto consumo de otros, sin un adecuado fundamento.
Aquí, la nutricionista Andrea Valenzuela, explica algunos mitos y verdades sobre este alimento esencial en la dieta.
• La piña ayuda a bajar de peso.
Falso. Todavía no se ha encontrado ningún alimento que adelgace. Sin embargo, es un alimento saludable.
• El melón tiene mucha azúcar, por lo que no hay que comer mucho.
Falso. Al igual que todas las frutas, el melón contiene fructosa, no azúcar en forma excesiva, y su aporte calórico es bajo, de 30 a 100 Kcal por 100 grs., por lo que difícilmente se puede decir que engorden o contengan algún nutriente en forma excesiva.
• El plátano ayuda a evitar y eliminar los calambres.
Verdadero. Es una buena fuente de potasio, mineral necesario para la contracción muscular y la transmisión de los impulsos nerviosos, lo que ayuda a prevenir la aparición de calambres musculares.
• Las frutas con color anaranjado ayudan a broncearse.
Falso. El color anaranjado de estos vegetales se debe a los betacarotenos, una familia de compuestos activos con un gran poder antioxidante, que no broncean, pero sí protegen a las células de la piel de las dañinas radiaciones solares.
• Los cítricos (limón, naranja, mandarinas) dañan los dientes.
Falso. Los cítricos son ricos en vitamina C, la que contribuye a aumentar la producción de saliva y favorece el blanqueamiento natural y la limpieza bucal en general, ya que es antioxidante, elimina radicales libres y, en cierto modo, actúa como 'antibacteriana'. Además, ayuda a la cicatrización al estimular la síntesis de colágeno. Por lo tanto, ayuda a la salud gingival. A esto se suma que los cítricos aportan brillo a la dentadura. Sin embargo, no se recomiendan prácticas como frotar los dientes con jugo de limón o pomelo, ya que daña el esmalte.
• Las ciruelas ayudan a la digestión y a la gente que tiene problemas de estreñimiento.
Verdadero. Tiene un alto contenido de fibra, pero además tiene sorbitol. Esta combinación genera una estimulación del movimiento intestinal que previene y mejora los problemas de digestión lenta.
• El jugo de naranja y la limonada son buenos para el resfrío.
Falso. Comúnmente, se le atribuye a la vitamina C varios poderes curativos, pero en general, las grandes dosis de vitamina C no tienen un efecto significativo en la incidencia del resfrío común.
• No se debe comer fruta en la noche porque engorda.
Falso. Como cualquier otro alimento, hace subir de peso solo si se come en exceso, por lo tanto, no depende del momento del día en que se consuma. Se recomienda la ingesta de tres porciones de frutas al día. Se debe ser cuidadoso con el consumo de jugos de fruta natural, ya que si se opta por hidratarse en base a ellos, se supera con creces la recomendación de ingesta diaria.
• Las pasas ayudan a la memoria.
Falso. Probablemente se dice esto porque, al ser un fruto seco, proporciona menos agua y más azúcares, los que aportan glucosa, combustible para el cerebro.
• El jugo de pomelo en ayunas quema las grasas.
Falso. El jugo de pomelo, como cualquier otro jugo de fruta, aporta vitaminas, antioxidantes y fructosa, que es el azúcar de la fruta, y esto no ayuda a quemar grasas. La particularidad del pomelo es que altera la metabolización de algunos medicamentos que se procesan en el hígado, por lo tanto, es recomendable tener cuidado con el jugo de pomelo si se está tomando algún fármaco, por ejemplo, para regular el colesterol.
Finalmente, la nutricionista destaca que “no hay ningún alimento perfecto ni completo, el conjunto y la variedad son los que determinan que exista una dieta sana y equilibrada. Lo correcto es establecer porciones que permitan mantener un peso adecuado, garantizando un buen estado nutricional. La clave es comer de todo de forma equilibrada y en las proporciones adecuadas.