Cáncer: la importancia de alimentarse bien

Ingerir los nutrientes necesarios puede ayudar a sentirse mejor, reducir el riesgo de infecciones y combatir esta enfermedad.

Por Clinica Alemana nov. 17, 2016, 21:00

Son varios los factores que influyen en lo que deben consumir las personas con cáncer, como edad, sexo, estado nutricional, tipo y ubicación del tumor, y tratamientos que se hayan hecho o estén cursando. Si bien estos últimos suelen alterar de manera importante el apetito, es indispensable que quienes tienen esta patología se alimenten de manera correcta.

“Los diferentes tratamientos para los distintos tipos de cáncer pueden tener efectos secundarios que interfieren con la ingesta y digestión de los alimentos, lo que afecta el estado nutricional de los pacientes. Esto dificulta la recuperación y puede aumentar el riesgo de complicaciones”, asegura Andrea Valenzuela, nutricionista de Clínica Alemana.

Es importante alimentarse bien, es decir, comer una variedad de alimentos para obtener los nutrientes que el cuerpo necesita frente a la lucha contra esta enfermedad.

Si bien no hay cambios en la dieta que garanticen la prevención o cura del cáncer, es importante alimentarse bien, es decir, comer una variedad de alimentos para obtener los nutrientes que el cuerpo necesita frente a la lucha contra esta enfermedad.

La especialista afirma que se puede recurrir a bastantes estrategias dietéticas para aminorar los síntomas y consecuencias de una ingesta insuficiente. “Es importante que los pacientes sean evaluados por un equipo multidisciplinario, con el fin de detectar precozmente los problemas nutricionales asociados a la terapia oncológica para reducir las complicaciones relacionadas con la desnutrición y mejorar la calidad de vida”, dice.

Asimismo, el equipo médico puede ayudar a identificar las metas nutricionales y planear algunas formas para conseguirlas. De acuerdo a las características de cada persona y su enfermedad, se entregan pautas nutricionales, se educa sobre la higienización de los alimentos y acerca de cuáles tienen más riesgo de infección. También se pueden administrar suplementos orales, o entregar a tiempo un soporte nutricional enteral (alimentación por sonda nasoenteral o gastrostomía) o parenteral (a través del torrente sanguíneo).

Comer bien podría ayudar a:

– Sentirse mejor.

– Tener fuerza y energía.

– Mantener las reservas de nutrientes.

– Tolerar mejor los efectos secundarios relacionados con el tratamiento.

– Reducir el riesgo de infecciones.

– Sanar y recuperarse más rápido.

¿Se puede curar el cáncer con alimentación?

Andrea Valenzuela es enfática en aclarar que no hay cambios en la dieta que puedan garantizar la cura de esta patología: “En la actualidad, se promueven muchas terapias alternativas para el tratamiento de esta enfermedad, que incluyen un amplio espectro de prácticas alimentarias, algunas de las cuales son promovidas como terapias para “curar” el cáncer. Sin embargo, la evidencia científica disponible no respalda ninguna de estas teorías”.

Agrega que este tipo de dietas pueden dar lugar a deficiencias nutricionales si no están adecuadamente planificadas. El riesgo puede ser peor para las personas con cáncer, que deben lidiar con la pérdida de peso no deseado, además de un aumento en sus requerimientos nutricionales. “Basarse solo en este tipo de tratamiento y evitar o retrasar la atención médica convencional para el cáncer puede tener consecuencias graves para la salud”, concluye.