Se presenta en la noche en posición de descanso, sentado o acostado, y como obliga al afectado a moverse produce insomnio.
Dormir bien es importante para mantener una buena salud, por eso es fundamental detectar y tratar a tiempo los trastornos del sueño. Si bien el insomnio y las apneas (interrupción de la respiración mientras se duerme) están entre los más frecuentes, hay otros menos conocidos que también afectan a muchas personas, como el síndrome de piernas inquietas.
Este problema consiste en la necesidad incontrolable de mover las piernas mientras se está en reposo, por eso quienes lo padecen evitan ir al cine y no les gustan los viajes largos ni las reuniones sociales.
El doctor Leonardo Serra, neurólogo del Centro del Sueño de Clínica Alemana, explica que es una condición neurológica que consiste en un malestar subjetivo con características diferentes en cada persona, que produce una necesidad imperiosa de mover las piernas para sentir alivio.
Esta afección es crónica y ocurre cuando el individuo está descansando, ya sea sentado o acostado; además tiene un ritmo horario característico, siendo mucho más frecuente en la noche que en otros momentos del día. “Como obliga al afectado a moverse, termina provocando insomnio, porque hasta que la molestia no pasa –lo que suele ocurrir recién en la madrugada–, cuesta mucho conciliar el sueño”, explica el doctor Serra.
¿En quiénes se presenta más?
–Puede afectar desde niños hasta personas de la tercera edad; es más frecuente en la adultez y un poco más habitual en mujeres. Dos tercios de los casos son genéticos y hereditarios, y el resto se asocia a estados de falta de fierro –como la anemia o el embarazo– casos de falla renal o al uso de medicamentos como por ejemplo, antidepresivos.
¿En qué consiste el tratamiento?
–Hay que identificar la causa del síndrome. Si es un medicamento, se debe evaluar si se puede retirar; en caso de que sea falta de fierro, es importante corregir esta deficiencia. En ocasiones, se debe indicar un tratamiento específico con medicamentos para aliviar los síntomas, el que debe mantenerse de manera permanente, ya que se trata de un trastorno crónico.
Consecuencias del mal dormir crónico
- Dificultad de concentración, atención y memoria.
- Cansancio.
- Irritabilidad.
- Mayor frecuencia de depresión.
- Elevación de la presión arterial.
- Mal rendimiento laboral y académico.
- Falta de energía.
- Dolor de cabeza.
- Ansiedad.
- Fatiga.
- Somnolencia.
- Pesadez estomacal.
- Sobrepeso y obesidad.