Gracias a los progresos en esta materia, quienes son diagnosticados actualmente pueden tener una mejor calidad de vida.
En los últimos años, los avances en cuanto al diagnóstico y tratamiento de la esclerosis múltiple han permitido mejorar considerablemente la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad que afecta al cerebro y la médula espinal.
Esta patología consiste en una lesión en la vaina de mielina, que es el material que rodea y protege las células nerviosas y facilita la conducción de los impulsos eléctricos. Se presenta principalmente en personas jóvenes, entre 20 y 40 años. En Chile, se estima que la prevalencia es de 12 por 100 mil habitantes, de acuerdo a publicaciones de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile (Sonepsyn).
Si bien no se conoce su causa exacta, sí se sabe que está asociado a un proceso autoinmune. Sus síntomas son muy variados y pueden desaparecer espontáneamente (brotes). Las principales manifestaciones son debilidad muscular, problemas de coordinación y el equilibrio, alteraciones cognitivas y visuales, sensaciones de entumecimiento, picazón o pinchazos, entre otros.
Generalmente se presenta de manera leve, pero algunas personas pueden tener dificultades para realizar actividades cotidianas, como hablar o caminar.
Clínica Alemana es centro de referencia nacional en esta materia y cuenta con un área de neuroinmunología especializada en diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad y otras relacionadas.
En el último tiempo, se ha progresado de manera importante en la investigación y manejo de esta patología.
La doctora Lorna Galleguillos, neuróloga de esta institución, afirma que en el último tiempo se ha progresado de manera importante en la investigación y manejo de esta patología. “Hoy, ya no hablamos de una enfermedad catastrófica como hace algunos años atrás, sino de una patología crónica que se puede manejar para ayudar a los pacientes tener una vida bastante normal”, afirma.
¿Cuáles son los principales avances en el diagnóstico de la esclerosis múltiple?
Se ha avanzado mucho en este sentido, en especial en los criterios utilizados en exámenes de resonancia magnética y en la evaluación de los síntomas, lo que hace posible un diagnóstico más precoz de la enfermedad. Esta es una herramienta muy poderosa, ya que permite ofrecer el mejor tratamiento para cada paciente, dependiendo de su caso individual. Asimismo, contamos con herramientas clínicas y de laboratorio para hacerles seguimiento.
¿En qué consiste actualmente el tratamiento?
Hay varios tratamientos aprobados y otros en proceso. Todos están orientados a aplacar el sistema inmune -dado rol protagónico en el origen y perpetuación de esta enfermedad-, pero sin apagarlo completamente, de manera de prevenir infecciones.
Existen novedades en dos materias. En primer lugar, se han desarrollado terapias específicas que se usan en pulsos (por ejemplo una o dos veces al año) y que pueden ser orales o inyectables. Así se libera un poco a la persona de tener que administrarse o tomar remedios todos los días.
La segunda novedad está relacionada con la planificación familiar. Si bien aún es una indicación sin aprobación global por parte de la FDA (Food and Drug Administration) en Estados Unidos o EMEA (European Medicines Evaluation Agency)en Europa, se sabe que las pacientes pueden embarazarse y amamantar normalmente siguiendo algunas de las terapias. Más aún, se ha visto que la lactancia prolongada las protege de reagudizaciones de su enfermedad.
¿Qué tan importante es el rol de la familia en estos casos?
Las personas que son diagnosticadas actualmente pueden seguir con sus vidas, planificar hijos (tanto hombres como mujeres) y pensar en una calidad de vida casi rutinaria, sin problemas laborales. Sin embargo, aquellas que vienen lidiando con la enfermedad desde hace tiempo y presentan secuelas, requieren un especial apoyo y cariño familiar, pues esto ayuda a evitar la aparición de pseudobrotes y a mantener su autonomía en la sociedad.