Con el paso de los años, surgen problemas visuales y auditivos, entre otros, que pueden aumentar el riesgo de accidentes de tránsito.
A medida que aumentan los años, es normal que los sentidos y otras capacidades vayan deteriorándose de manera progresiva, lo que plantea la interrogante sobre cuándo es aconsejable abandonar ciertas actividades que pueden implicar un riesgo, como conducir un automóvil.
El doctor Eric Blake, jefe de la Unidad de Geriatría de Clínica Alemana, explica que no existe una edad precisa para dejar de manejar, pues todo depende de cómo evolucionen las condiciones físicas y mentales de cada persona con el paso del tiempo. “Si se comienzan a tener accidentes pequeños, topones, errores de cálculo en los estacionamientos, es una señal muy clara de que se están perdiendo las competencias para conducir”, precisa.
Esto se debe a que, con los años, se van deteriorando las habilidades visoespaciales, que son las capacidades para percibir y manipular información visual no verbal. “Desde los 65 años en adelante, el 90% de la población sufre disminución de la agudeza visual, mientras que a los 85 años, el 40% presenta deterioro cognitivo”, explica el especialista. El debilitamiento de tales aptitudes ocasiona lentitud y errores frecuentes al interpretar las señales del tránsito.
A nivel del sistema motor, los reflejos también se ven afectados con la edad, lo que puede impedir que la persona reaccione de forma rápida y eficaz ante una situación de riesgo o imprevista mientras maneja. Además, un 90% de la población sobre los 65 años, sufre daño auditivo y no puede escuchar correctamente los estímulos originados por otros conductores (como bocinas, alertas o sirenas). A esto se suma, el hecho de que un grupo importante de adultos mayores consume medicamentos con efectos secundarios que suelen afectar la capacidad motora y la concentración.
“Evidentemente, hay adultos mayores que están en muy buenas condiciones y pueden seguir conduciendo sobre los 80 años, pero lo cierto es que la tasa más alta de accidentes automovilísticos fatales ocurre a partir de los 70 años”, aclara el doctor Blake.
Considerando todo esto, es recomendable que los adultos mayores se realicen una evaluación temprana con un neurólogo o geriatra, para así evitar accidentes.
Cómo prevenir
Si el deterioro de una o más de las habilidades mencionadas afecta la capacidad de conducción de forma importante, lo más recomendable es consultar con un especialista y, si este lo indica, dejar de conducir. En caso de que las alteraciones descritas sean leves o se puedan corregir y si el médico está de acuerdo, se puede seguir manejando, pero teniendo en cuenta ciertas medidas:
• Evitar conducir en horarios y calles de alto tráfico.
• No hacerlo de noche y a las horas del crepúsculo.
• Evadir lugares desconocidos.
• No manejar con mal tiempo.
• Utilizar siempre el cinturón de seguridad.
• Evitar distractores como ir escuchando noticias, música a un volumen alto o manipular el celular.
• Guardar una distancia considerable con el auto de adelante.