Además de la enfermedad de Alzheimer, existen otros tipos de deterioro cognitivo que se presentan con cambios de conducta y errores en el lenguaje.
Entrar a una habitación y no recordar qué cosa se fue a buscar o a hacer, es un olvido que todos han experimentado alguna vez y que suele ser bastante común, sobre todo en los agitados tiempos actuales. Sin embargo, hay otros problemas de memoria a los que sí es importante prestar atención, porque pueden ser signos de trastorno cognitivo leve o demencia, un problema que afecta tanto a quienes lo padecen como a su entorno cercano.
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, la demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria. Aunque afecta principalmente a los adultos mayores, no constituye una consecuencia normal del envejecimiento.
En el mundo hay alrededor de 47,5 millones de personas que padecen demencia, y cada año se registran 7,7 millones de nuevos afectados, según datos de la OMS. La enfermedad de Alzheimer es la causa más común, dado que representa entre un 60% y un 70% de los casos. El resto, corresponde a trastornos como demencia vascular (antes conocida como arteriosclerosis), demencia con cuerpos de Lewy, demencia frontotemporal, entre otros.
La doctora María Isabel Behrens, neuróloga de Clínica Alemana, explica que “si una persona presenta dificultades de este tipo, pero puede continuar realizando sus actividades habituales, se habla de un deterioro cognitivo leve. En cambio, si el problema afecta sus actividades de la vida, se estaría frente a un caso de demencia”.
Consejos para la familia
Aunque la mala memoria es uno de los síntomas más conocidos de demencia, no es el único indicio que puede presentar un paciente. Muchas personas en edad avanzada comienzan a tener cambios de conducta, lo que puede ser clave para la detección temprana de una enfermedad.
“El principal signo de deterioro cognitivo de tipo Alzheimer es la falla de memoria de corto plazo, lo que se traduce en repetir mucho la misma idea y olvidar hechos, por ejemplo. En otros tipos de demencia, las primeras señales pueden ser fallas de lenguaje o cambios en la conducta. La mejor manera de detectar la demencia es estar atento a esas señales y consultar precozmente si son más allá de olvidos habituales, como perder los lentes o las llaves”, aclara doctora Behrens.
Agrega que la demencia es una enfermedad que afecta a todos los miembros de la familia, por eso es tan importante enfrentar el problema en conjunto, de manera de manejar de la mejor manera posible esta situación.
“El consejo principal para los familiares es cuidarse a sí mismos, además de atender al enfermo. Se recomienda no contradecir ni corregir a quienes tienen este trastorno cuando se equivocan u olvidan algo, pues ellos se frustran y su seguridad se debilita aún más. Los pacientes con demencia no están conscientes de tener un problema, por lo que ser rectificados puede molestarles y causar irritabilidad. Asimismo, es conveniente adaptar el hogar para prevenir accidentes debido a los olvidos, como dejar la puerta abierta o el gas dado, por ejemplo”, recomienda la experta en trastornos cognitivos.
Respecto a los tratamientos, no existe ninguno curativo para la demencia, pero si hay fármacos que retrasan el avance de la enfermedad. “Se espera que pronto se descubran alternativas que permitan evitar el desarrollo de demencia tipo Alzheimer”, afirma la especialista.
Prevención
A pesar de que a la fecha no existe un fármaco que haya demostrado ser útil para prevenir el desarrollo de la demencia, hay conductas que ayudan a disminuir los factores de riesgo:
- Controlar la hipertensión arterial, la diabetes, la resistencia a la insulina, el colesterol elevado y la obesidad
- Realizar actividad física
- Aprender cosas nuevas y ejercitar la mente
- Mantenerse activo socialmente
- Preferir alimentos de la dieta mediterránea