Para sobrellevar este periodo es recomendable conversar con los hijos sobre el tema, transmitirles tranquilidad y no agregar cargas.
¿A quién no le pasó que no podía quedarse dormido el día antes de comenzar un nuevo año escolar? Es que son muchas las interrogantes que surgen cuando se está próximo a comenzar este nuevo desafío.
Para el doctor Alfonso Correa, jefe de Psiquiatría Infantil de Clínica Alemana, es esperable y normal que ante una situación nueva, que involucra un cambio, un niño esté ansioso y con incertidumbre respecto de lo que viene: “Siempre existirá un grado de duda de cómo será el reencuentro con los compañeros, algún nuevo profesor, los desafíos académicos para el año, cómo se vivirá la tensión del estudio y la relación con los padres respecto a este tema. En suma, todas esta situaciones generan ansiedad, la que puede ser normal o excesiva, según variados factores”.
Agrega que una cantidad “normal” de ansiedad ayuda a prepararse, tomar medidas y conversar del tema, pero cuando es excesiva, puede paralizar o alterar la capacidad de razonar apropiadamente y la persona se adapta menos aún, lo que genera más angustia y comienza un círculo vicioso.
El rol de los papás para disminuir la ansiedad
Todo empieza desde las vacaciones. El doctor Correa explica que entre las actitudes de los padres que pueden ser perjudiciales están sobreidealizar las vacaciones y comentar durante todo ese periodo que al fin están descansando, enfatizando lo negativo del periodo de clases y luego, cuando ya se estápróximoacomenzar un nuevo año escolar, enfatizar lo relevante de estas.
“Es importante disfrutar de lo que se esté viviendo (vacaciones o clases), manteniendo un equilibrio en cada periodo. Tampoco hay que mostrarse tenso, preparar todo a última hora ni insistir con sermones sobre expectativas irreales”, afirma el doctor Correa.
El especialista aconseja a los padres que conversen sobre el tema con sus hijos sin agregar ansiedades extras -las que muchas veces pueden ser más de los adultos-, escuchando primero al niño y transmitiendo tranquilidad. Es útil, además, hacer esto con algunos días de anticipación, pero no durante todas las vacaciones.
Asimismo, es recomendable, una semana antes, revisar si se tiene todo lo necesario para iniciar las clases, quelos niños se comiencen a acostar cerca de la hora habitual en periodo escolar y se levanten más temprano, para irse preparando.