Los niños más pequeños y adultos mayores deben ser la prioridad en la vigilancia de la enfermedad, que este año avanza en paralelo a la influenza A.
La temporada de enfermedades respiratorias está llegando a su punto máximo impulsada por una fuerte escalada del virus respiratorio sincicial, cuyo ciclo está evolucionando en paralelo a un aumento sostenido de los cuadros infecciosos causados por la influenza tipo A.
“El brote de virus respiratorio sincicial y de influenza A continúa aumentando, elevando significativamente el número de casos identificados de ambas infecciones semana a semana”, explicó el doctor Pablo Vial, infectólogo de Clínica Alemana-UDD sobre la base del último registro epidemiológico registrado a mediados de este mes, y que desde entonces se ha visto confirmado por la alta afluencia de pacientes a los centros de salud.
Debido al ingreso tardío del invierno, ambas enfermedades están desarrollando este año su ciclo de contagio en los mismos tiempos, escenario en el cual los especialistas recomiendan extremar la vigilancia, especialmente de la población infantil y de los adultos mayores, los grupos más vulnerables al virus respiratorio sincicial (VRS).
En este aspecto, el doctor Jaime Rodríguez, infectólogo infantil de Clínica Alemana, advierte el riesgo al que están expuestos los niños más pequeños. “Un lactante de menos de tres meses, que está con fiebre, congestión nasal y tos, debe consultar en urgencia”, señaló.
Si bien la mayoría de los niños en general atraviesan por esta infección respiratoria en la forma de un resfrío o bronquitis común, el especialista indica que los síntomas preocupantes son cuando 'cuesta respirar, se hunden las costillas, existe mucho decaimiento y está inapetente”. En ese caso, señala que la consulta médica debe incluir un test para decidir una eventual hospitalización.
Asimismo, recomendó igual nivel de preocupación sobre las personas de la tercera edad, ya que la eficacia de su sistema inmune disminuye a medida que avanzan los años (inmunosenescencia).
¿Cómo enfrentar el virus sincicial?
En general, se sabe que el quinto día de la enfermedad es habitualmente el más complicado. Entonces, puede que no valga la pena consultar precozmente, y sí esperar a que la enfermedad evolucione un poco. Eso, siempre y cuando el paciente se encuentre en buenas condiciones y no tenga más que congestión nasal o tos que la madre pueda manejar en la casa. Pero si el cuadro progresa, es necesario ir a la consulta del médico o, eventualmente, a la urgencia.
¿Cómo distinguir entre la influenza A y el VSR?
No se pueden hacer diagnósticos de infección por estos tipos de virus sólo por los síntomas, ya que éstos se superponen bastante. Básicamente, las señales principales en ambos casos son la fiebre alta y decaimiento, y otro signo característico es la sensación de fuerte malestar corporal, que en el caso del VRS es más pronunciada en los niños más pequeños.
¿Qué señales son características del virus sincicial?
Entre los cuadros principales está la respiración rápida y con grados de dificultad, sensación de ahogo al inspirar o toser, acompañados del característico hundimiento de las costillas.
¿Qué síntomas son distintivos de la influenza?
Es habitual que en la influenza se describa un dolor generalizado de todo el cuerpo, al cual se pueden añadir síntomas como la hiperestesia cutánea –donde molesta hasta la ropa, incluso la de cama- y sudoración. Asimismo, se describen cuadros de vómitos y diarrea.
Prevención de la influenza y virus sincicial
Las bajas temperaturas y el mayor hacinamiento en lugares cerrados propios del invierno, suben la circulación de los virus y el contagio de enfermedades respiratorias. Entre las medidas preventivas, el especialista destaca:
- Evitar el hábito de fumar, incluso en el exterior de la casa. Las sustancias del humo del cigarrillo se impregnan en la ropa y tienen un efecto irritante de las vías aéreas.
- Ventilar la casa para favorecer la circulación del aire y reducir la contaminación intradomiciliaria.
- Calefacción limpia. No usar dispositivos que funcionan con combustibles de origen biológico (como parafina y el gas) y preferir las fuentes eléctricas.
- Lavado frecuente de manos. Es la medida protectora más importante contra las infecciones y la clave está en su práctica constante.
- Cubrirse la boca al estornudar, usando el antebrazo y no la mano.
- Evitar las aglomeraciones en la medida de lo posible, especialmente en relación a los niños.