La clave está en recrear la mente, es decir, generar vivencias distintas a las habituales, dejando atrás las presiones cotidianas.
Llegó el momento de disfrutar de las esperadas vacaciones. Algunos ya tienen programado un viaje con meses de anticipación y han planificado gran parte de las actividades que realizarán cada día, mientras que otros solo sueñan con llegar al destino elegido, para descansar lejos de la agitada ciudad.
Si bien las formas de vivir este tiempo son diversas, lo importante es que sea un periodo realmente reponedor, de manera que al regreso se pueda retomar la actividad diaria con nuevas energías. Al respecto, Solange Anuch, psicóloga de Clínica Alemana, sostiene que “vacaciones significa recrear la mente, crear una vivencia distinta del día a día, llenarnos de nuevos estímulos, a través de actividades diversas que usualmente no realizamos. La idea es modificar nuestra rutina y patrones de conducta diarios, porque la mente se recrea en la diferencia y en el cambio”.
La idea es modificar nuestra rutina y patrones de conducta diarios, porque la mente se recrea en la diferencia y en el cambio.
Para ello -agrega- es necesario dejar atrás el estrés y las presiones cotidianas relacionadas con el rendimiento y las evaluaciones. “No es raro que al enfrentar la salida a vacaciones, quedemos programados para seguir pensando en términos de logros. Por eso, muchas veces intentamos hacer la mayor cantidad de actividades y conocer el máximo de lugares posibles, pero así no se logra un descanso real; debemos hacer panoramas que no signifiquen estrés ni correr contra el tiempo, sino que permitan disfrutar del camino, hacer pausas”, aconseja.
Respecto al número de semanas que se deben destinar a las vacaciones, afirma que el ideal es tener tres, dado que recién a los 15 días se alcanza, generalmente, la desconexión. Sin embargo, muchas personas no cuentan con ese tiempo, entonces el objetivo es aprovechar el periodo disponible para recrear la mente, haciendo cosas distintas a las habituales.
“Esto incluye liberarnos de todos los medios o canales de comunicación que habitualmente nos hacen mantenernos realizando las mismas actividades: teléfono, e-mails, redes sociales, entre otros. Debemos tratar de darle un espacio a nuestra mente y emociones para vivir cosas nuevas que frente al celular o computador no van a ocurrir”, afirma.
Asimismo, en ocasiones, no es posible trasladarse a otro lugar y en esos casos también se pueden disfrutar las vacaciones, organizando nuevos panoramas, conociendo espacios distintos y eligiendo actividades que no se realizan habitualmente. “Para quienes se quedan en su ciudad, la recomendación es lograr la sensación de viajar dentro de su entorno, en una travesía de encuentro con la diversidad”, concluye.
Actividades para recrearse
- Pasar tiempo en familia, compartir paseos y comidas juntos.
- Salir al encuentro de la naturaleza, paseando o practicando algún deporte.
- Conocer lugares nuevos, dentro o fuera de la ciudad donde se vive.
- Estimular la espiritualidad, de acuerdo a las propias creencias.
- Buscar a aquellos amigos que hemos visto poco durante el año.
- Leer ese libro que hemos postergado por falta de tiempo.
- Ir al cine, teatro o museo.