Si bien el estreñimiento puede afectar en cualquier etapa, es más habitual que ocurra en los dos primeros trimestres.
Durante el embarazo, el organismo de la mujer experimenta distintos cambios y la presencia de constipación puede ser uno de ellos. Este problema, conocido también como estreñimiento, consiste en tener deposiciones infrecuentes y/o con dificultad en su eliminación. En este contexto, suele haber heces con una consistencia más dura y seca.
El doctor Daniel Cisternas, gastroenterólogo que trabaja en conjunto con la Unidad de Piso Pélvico de Clínica Alemana, explica que este problema es frecuente en las embarazadas, afectando a entre el 20 y 40% de ellas.
En su aparición intervienen varios factores.“Se estima que la principal razón es el aumento de la progesterona, ya que esta hormona enlentece el tránsito gastrointestinal. También podrían influir los cambios morfológicos de la pelvis y la laxitud ligamentosa, dado que estos fenómenos contribuyen a alteraciones en la dinámica de la defecación. Otras causas posibles son la falta de ejercicio, la deshidratación en casos de vómitos excesivos y el consumo de ciertos medicamentos”, precisa.
Se aconseja aumentar la ingesta de líquido y de fibra.
¿Quiénes tienen mayor tendencia a desarrollar constipación en el embarazo?
El riesgo es mayor en mujeres que ya tenían problemas de estreñimiento previamente y en aquellas que han experimentado un aumento excesivo de peso.
¿En qué fase del embarazo es más frecuente?
Si bien el estreñimiento puede presentarse en cualquier etapa, es más habitual que ocurra en los dos primeros trimestres.
¿Cuáles son las medidas o tratamientos indicados en estos casos?
Se aconseja aumentar la ingesta de líquido (tomar al menos 1,5 litros al día) y de fibra (el ideal es consumir de 25 a 30 gramos al día). En aquellos casos en que esto no es suficiente y el problema persiste, el médico tratante suele recomendar el uso de lactulosa.
¿Cuáles son los riesgos de no tratar la constipación?
Si bien, por lo general, provoca solamente incomodidad, en algunas pacientes puede propiciar el desarrollo de hemorroides, por lo que es conveniente consultar. Asimismo, en aquellos casos más severos, en que no hay deposiciones por varios días, se pueden generar heces muy duras, situación que para ser tratada requiere de hospitalización.
¿De qué manera se puede prevenir?
La recomendación principal es mantener un consumo adecuado de agua y fibra, además de realizar una rutina de ejercicios apropiada durante el embarazo.