La glicemia y la curva de tolerancia a la glucosa, son fundamentales en la pesquisa efectiva de esta enfermedad crónica de avance silencioso.
Este trastorno puede ser absolutamente silencioso, o expresarse por un conjunto de síntomas muy variados, que van desde la sed, el aumento del volumen urinario y la baja de peso, a otros síntomas aún menos específicos: a veces hace su estreno con un accidente vascular oun infarto en un paciente que desconocía su situación de diabético.
Los especialistas advierten que ignorar las señales de alarma puede ocasionar que el diagnóstico se realice tardíamente, cuando los daños ya estén establecidos. Entre ellos, lesiones en la retina que evolucionen a la ceguera, deterioro renal que lleven a insuficiencia renal o alteración de la conducción nerviosa periférica que termine en úlceras, infecciones y, por último, en la amputación de una extremidad.
“El riesgo de diabetes aumenta con la edad, con el aumento de peso y la vida sedentaria; por eso, guarda una relación paralela muy cercana con la epidemia de obesidad. Su prevalencia es aún mayor en ciertos grupos étnicos, en familias con historia de este trastorno o en presencia de hipertensión y dislipidemia (aumento de las grasas en la sangre), así como en ovario poliquístico, entre otros”, explica el doctor Sergio Majlis, jefe de la Unidad de Endocrinología de Clínica Alemana.
Por eso, la detección precoz de esta enfermedad es fundamental y el primer paso es la solicitud de un examen de glicemia por parte del médico tratante, la cual se realiza con una toma de sangre en la mañana, la mayoría de las veces junto a otros análisis de rutina que requieren un ayuno nocturno de, al menos, ocho horas.
En algunos casos, cuando los resultados están en el límite o hay elementos de alta sospecha, es necesario realizar una curva de tolerancia a la glucosa, o sobrecarga, y una prueba llamada Hb Glicolisada. Con dos de estos exámenes alterados se confirma el diagnóstico de diabetes.
El doctor Majlis explica los objetivos de estos estudios, quiénes deben realizarlos y qué medidas previas son necesarias.
¿Cuándo se considera que una glicemia está alterada?
Si tiene un valor por encima de 100 a 125 miligramos por decilitro (mg/dl), se considera una glicemia en ayuno alterada, que algunos denominan pre diabetes y que requiere ser evaluada por el especialista. Esta medida también debe aplicarse en el caso de que la hemoglobina glicosilada (HbA1c) –que traduce el promedio de glicemias los últimos tres meses– se ubique en un rango de 5,7% a 6,4%.
¿En qué casos debe repetirse el examen?
Si la glicemia en ayunas tiene un valor mayor de 126 miligramos por decilitro mg/dl, es necesario repetir el examen. En el caso de que persista en ese rango, o se obtenga un valor mayor, estamos frente al diagnóstico de diabetes. Asimismo, la presencia de una hemoglobina glicosilada (HbA1c) igual o mayor de 6,5% también constata la existencia de la enfermedad.
¿Qué antecedentes del paciente se deben tomar en cuenta?
De existir dudas en presencia de fuertes antecedentes genéticos, o con morbilidad cardiovascular y valores de glicemia sobre 100 mg/dl, se puede realizar una medición de la curva de tolerancia a la glucosa, la cual nos entregará información muy útil.
¿En qué consiste la curva de tolerancia a la glucosa?
En ella, el paciente recibe una carga de 75 grs. de hidratos de carbono y se determinan los niveles de glicemia en tiempos prefijados (basal y en 120 minutos). Si los valores son mayores a 200 (mg/dl) a los 120 minutos, queda establecido el diagnóstico de diabetes.
¿Cuál es la preparación previa al examen?
En general, seguir una dieta que tenga hidratos de carbono de manera libre; es decir, sin restricción de éstos, al menos en los tres días previos al examen. Asimismo, se deben evitar situaciones de estrés e infecciones, alza febril, patologías u hospitalizaciones recientes. Tampoco se debe fumar durante la prueba y hay que permanecer en reposo.
Claves del seguimiento a la diabetes
¿Con qué frecuencia se debe realizar el examen de glicemia?
Se recomienda desde los 45 años de edad, y se recomienda efectuarlo cada tres años si no existen factores de riesgo. Sin embargo, es necesario realizar este estudio a una menor edad cuando existe un índice de masa corporal (IMC) mayor a 25 kg/m2, HDL (lipoproteínas de alta densidad, por sus siglas en inglés, también llamado colesterol 'bueno') inferior a 35 mg/dl o triglicéridos de un valor superior a 250 mg/dl.
¿Qué antecedentes del paciente se deben tomar en cuenta?
Una historia familiar de diabetes, inactividad física, previa intolerancia a la glucosa, hipertensión, enfermedades vasculares, ovario poliquístico, presencia de resistencia a la insulina o bien síntomas sospechosos que hagan recomendable su estudio.
¿Existen otras indicaciones de estos estudios?
Se debe evaluar el riesgo si los progenitores padecían de diabetes. Además, es necesario realizar estos exámenes cuando existe alguna patología cardiovascular con glicemias basales ocasionalmente elevadas. También es recomendable en pacientes con ovario poliquístico o acantosis (trastorno cutáneo) al examen clínico, sospecha de diabetes gestacional o antecedentes de hijos macrosómicos (que pesan más de cuatro kilos) en embarazos anteriores.
¿Es posible revertir la condición de diabético?
Es posible mejorar los rangos de glicemia -queva a significar un cambio fundamental en la evolución de la enfermedad, por lo cual nuestras estrategias deben apuntar a eso- pero no la condición de diabético. Junto a estos indicadores, también debemos normalizar lípidos y la presión arterial, ya que ésta enfermedad afecta principalmente el sistema cardiovascular que es su principal causa de morbi-mortalidad.
¿Cuáles son las principales medidas de prevención de la diabetes?
Una vida sana, con una dieta equilibrada, actividad física regular, suspensión del hábito tabáquico y un consumo prudente de alcohol, son pilares del autocuidado que, junto al trabajo del médico, contribuyen
a recuperar la salud y pueden marcar la diferencia en la evolución de la diabetes.